martes, 29 de marzo de 2011

Entrevista de Erasmoos

     Uno de los portales que mas me ayudo a orientarme en esto de irme al extranjero es la web que os presento hoy. Se llama www.erasmooos.com y como os podéis imaginar es una comunidad de estudiantes erasmus donde se comparte practicamente todo. No es cuestión de pelotear pero lo cierto es que tener un foro abierto en el que todo el mundo cuenta sus experiencias sin reparo ni censura ayuda mucho a hacerse una idea de lo que te vas a encontrar allí. Hace unos días se pusieron en contacto conmigo para hacerme unas preguntas y colgar la entrevista ene l portal y aquí os la dejo para que la leáis. Os recomiendo también que os paséis por la página si tenéis intención de viajar por Europa ya que en conjunto...es una buena guía de viajes y consejos. 


Entrevista a Asier estudiante Erasmus en Pori
"Conociendo mucha gente y sobretodo aprendiendo otra forma de vivir pensar y trabajar"

                 La semana pasada entrevistábamos a Ana Olmeda que hizo su Erasmus en Francia, así que hoy volvemos a escandinavia con Asier Muñoz está ahora en plena etapa Erasmus en Pori (Finlandia), donde está descubriendo un mundo nuevo que además ahora empieza a despertar después del invierno. Cuenta su experiencia a través de su blog ‘El Apagadespertadores’ y es uno de los participantes de la tercera fase de las ‘becas Erasmoos-blue’



Poder disfrutar de las auroras boreales es uno de los
grandes atractivos de Finlandia. Asier ya lo ha hecho...



1. ¿Cuándo decidiste que querías irte de Erasmus?
          Creo que desde siempre he tenido la intención de marcharme al extranjero a estudiar o a trabajar. Cuando tenía 16 años me fui un verano a Inglaterra con una beca del gobierno vasco y desde entonces he tenido claro que conocer gentes de todo el mundo es algo fundamental para mejorar como persona y como profesional. Así que, en cuanto he tenido la oportunidad, me he marchado.


 2. ¿Por qué razón Pori en Finlandia?
          Lo cierto es que no tengo ninguna razón especial para estar en esta ciudad. Tuve la opción de elegir entre unos diez o doce países pero tenía muy claro que quería Escandinavia. Me decidí por Finlandia solo porque era donde más meses podía estar.
Razones para venir a los países escandinavos hay muchas, supongo que las mas fuertes son que tienen un sistema social y sanitario muy diferente al nuestro y muy completo (estudio por la rama sanitaria) y reo que su cultura y sociedad es la más diferentes a nosotros de cuantos países podía elegir.


 
3. ¿Cuál es la ayuda económica de la beca? ¿Es suficiente para cubrir tus gastos allí?

           Mi caso es un poco diferente a la mayoría ya que a mí no beca casi nadie. Por el hecho de ser vasco no tengo derecho a beca del ministerio de educación español y el gobierno vasco no me concede beca por ser mi segunda carrera y porque estudio fuera de la comunidad autónoma. Amigos míos también reciben beca de sus bancos. La BBK en concreto no me beca porque estudio fuera de Euskadi y BBVA no tiene obra social, así que me tuve que hacer una cuenta en Bancaja (que tiene acuerdos con mi universidad) pero estos me han concedido la beca mínima. Así mismo tampoco recibo beca ni del ayuntamiento de Valencia (donde estudio y vivo) por no estar empadronado allí, ni tampoco del de Bilbao. Así con todo el total de mi beca asciende a la beca general europea (creo q son 150 euros al mes) y 600 euros que me concedió Bancaja.

            Cubro mis gastos aquí con el dinero que ahorré trabajando en España donde compaginaba trabajo y estudios. Me vine con un presupuesto de unos 700 euros mensuales ya que me habían advertido que era un país muy caro (que lo es) y la verdad es que no estoy teniendo problemas para sobrevivir de momento, y espero no tenerlos xD.


 4. ¿En lo relacionado con la vivienda, te ayudó la universidad a encontrar algo o tuviste que hacerlo por tu cuenta? ¿Cuál es el coste orientativo de la vivienda allí?

          La universidad me proporcionó todo. Aquí en Finlandia lo más normal es que sean ellos los que se ocupen de esas cosas si se lo pides expresamente en la matricula. Lo que si me gustaría advertir a la gente que esté pensando venirse a Finlandia de Erasmus es que tengan mucha paciencia. Ellos no se dan cuenta porque es su forma de hablar pero debido a nuestra latina forma de entender parece que te estén dando largas constantemente respecto al alojamiento y puede llegar a ser muy frustrante (yo llegue a estar casi desesperado). Pero al final, veinte días antes de coger el avión para venir, me confirmaron que tenía hueco en una residencia y estoy muy agusto de estar aquí.

             El coste de las habitaciones aquí varía desde los 220 a los 350 euros mensuales incluida agua, luz, internet, calefacción, agua caliente, derecho a lavandería y a sauna. Pero en el centro de la ciudad existen casitas para “solteros” por unos 250 euros al mes también con todo. Yo en concreto pago 283 euros y nunca había tenido una habitación tan grande así que mi experiencia es buena.


 
5. ¿Respecto al idioma, en la universidad has tenido algún problema para encontrar clases en inglés? ¿Has intentado aprender algo de finés?

            En la universidad no hay ningún problema. Tienen un modelo específico en inglés en el que te incluyen. Según me han dicho para dentro de 5 años esperan que todas las carreras tengan un modelo en inglés en todos los cursos. El problema son las prácticas donde algún compañero se ha encontrado en un hospital donde nadie hablaba inglés o no se atrevía (son muy vergonzosos).
Si que estoy intentando aprenderlo, pero es muy difícil. Si habláis euskera os resultara más fácil pro que la estructura gramatical es muy similar. Al final, y después de varios meses, solo se decir palabras sueltas y algún frase corta. Lo bueno que tienen es que la pronunciación es muy similar a la castellana con lo que es sencillo hacerte entender con palabras sueltas en cosas concretas como ir a comprar o en algún bar.



6. ¿En cuanto al sistema educativo, has encontrado grandes diferencias con respecto a España?

            Es todo muy diferente. Lo que más me ha sorprendido es que las clases son interminables. Pueden dar una misma asignatura durante seis horas (con descansos) un mismo día o estar dando solo una misma asignatura toda la semana. También es verdad que las clases son más amenas porque hay mucho diálogo entre alumnos y profesores y muy pocos momentos de clase magistral.
En cuanto a las prácticas es muy interesante ver como los finlandeses te escuchan y se interesan mucho por lo que opines (no como es España) sobre todo se interesan mucho por aprender de las diferencias entre países.


 7. ¿Cómo es el ambiente erasmus en Pori?

         El ambiente es genial. Si bien es cierto que no somos muchos, hemos formado un buen grupo y lo estamos pasando genial. El siguiente paso es conseguir contactar con otros Erasmus en otras ciudades y hacer “turismo-erasmus”



8. ¿Qué te parece la comunidad Erasmoos? ¿Algo que mejorar?

            Bueno supongo que todo es mejorable pero la verdad es que me gusta mucho como lo tenéis montado. Tengo pocas quejas en eso.


 
9. ¿Qué lugares recomendarías visitar cerca de Pori?

                Buff, difícil cuestión. Pori es muy pequeño, realmente no tiene nada que merezca la pena viajar para ver en esta ciudad. En Finlandia lo más atractivo son sus parajes, su naturaleza o sus gentes por lo que el turismo típico aquí no tiene mucho sentido. Aún así, os recomiendo el festival de jazz de julio (no he estado pero todo el mundo habla de él) y haceros la ruta Turku-Estocolmo en barco, que no pilla muy lejos de aquí. Por lo demás… recorrer Finlandia en invierno no tiene comparación con nada, sobre todo visitar Laponia


 10. ¿Todavía estas disfrutando de la experiencia pero cuál es el balance hasta ahora?

               El balance es bastante bueno. La gente es genial y los Finlandeses, a diferencia de lo que piensa la mayoría, son súper hospitalarios y acogedores, así que ninguna queja la verdad. Me lo estoy pasando genial, conociendo mucha gente y sobretodo aprendiendo otra forma de vivir pensar y trabajar que siempre es importante.
               Bueno Asier muchas gracias por contribuir con nosotros aportando tu punto de vista, disfruta de lo que queda por venir que además después de la adaptación al invierno finés, ahora sólo puede ir a mejor, así que nos encantaría ser testigos de cómo tu blog cambia esas fotos blancas llenas de nieve por algo más de verde y vida.

domingo, 13 de marzo de 2011

Intensiteetti (Intensidad)


Decir que el Erasmus es un periodo de vivencias y sentimientos intensos es un tópico. Citar que por aquí te “fabricas” tu propia familia no lo es menos pero algo así se produce. Algo te sale de dentro que hace que cualquier persona mínimamente afín sea para ti imprescindible. Quizá por una cierta soledad compartida, quizá por la necesidad tan humana de agruparse en núcleos sociales o quizá simplemente porque sí, en cuestión de días te rodeas de una gente con la que compartes algo más que el tiempo. Compartes esas pequeñas cosas que no se dicen pero que se sienten, que percibes sin quererlo y que muchas veces sino las tienes las añoras. Te conviertes en un pequeño padeciente de un cierto síndrome de Estocolmo que da sentido y cohesión a ese artificio de amalgama de personas que componen un grupo Erasmus.

Una vez vi en una película que no recuerdo o quizá en un libro que he olvidado en el que decian que la única forma de hacer que dos grupos totalmente contrarios se unan es que tengan un enemigo común. Quizá algo de eso halla aquí. Y puede que no sean los fineses los enemigos, puede que seamos nosotros mismos. Nuestros miedos e inseguridades de “sobrevivir” en un mundo totalmente ajeno y diferente. Así que, como supongo todo ser humano o quizá no todo, acabas estableciendo relaciones con prácticamente cualquiera que se encuentra en una situación similar. Es un poco artificial porque no eliges, coges lo que te toca y te viene con la etiqueta Erasmus, como si fuese un pasaporte a amigo del alma. Así que te fijas en las virtudes y puntos comunes y obvias el resto. En una palabra te quedas con lo que quieres de cada persona, reinterpretas tu realidad para hacerla más cómoda a lo que esperas de tu vida aquí.

Lo común, lo normal y lo que siempre pasa es que todo funcione correctamente. Todo el mundo acaba en ese manido pacto de yo no te apuñalo y tú no me manchas con tu sangre porque, por muy diferentes que seamos, algo tenemos en común: queremos pasarlo lo mejor posible y no tenemos a nadie más aquí. Así con todo, las pasiones se desatan, uno se hace amiguísimo de uno, el otro es más gracioso que ninguno y aquel que de puro simpático no se aguanta así mismo, se queda como el peculiar del grupo en un estatus que jamás hubiera tenido en su país de origen. Quedan pues vacantes las plazas del gilipollas, el pesado, el muermo, el insoportable o el de la histérica pero a nadie parece importarle como si esa función de desahogue, esa libertad de descargar tu ira contra alguien no fuera tan sano como amarse. 



Asi pues comienza el Erasmus en una orgía de alegrías sin igual. Las noches de fiesta se hacen noches increíbles, el bar de mala muerte acaba siendo “nuestro sitio” y la discoteca cutre es el “Amnesia” finlandés. En seguida le siguen excursiones, idas y venidas, amores y amistades, ligues y polvazos descomunales en un in crescendo que no sólo no da vértigo sino que produce adicción y tolerancia a un ritmo desmesurado. Pero como siempre en la raza humana, pulsiones compartidas son difícilmente aceptadas y el humanoide común entra en conflicto. Al igual que en tiempos muy lejanos cuando la ley del garrotazo mas fuerte decidía quien se quedaba con el mamut y la cueva, hoy (siendo seres mucho mas sociales y cabales) reaccionamos muy mal cuando vemos que se pone en peligro algo nuestro, ya sea un estatus, un amigo o simplemente alguien muy cercano nos trata mal.

A partir de ahí toda esa vorágine de placeres y júbilos se convierte en todo lo contrario. Te sientes mal, solo de repente, sin ánimo, una gran decepción te invade. Te acaban de sacar el Estocolmo de un bofetón y aún tienes en el cuerpo los sudores del delirium tremens. Entonces cuando despejas la mente y se te enfría la sangre empiezas a pensar con algo de cordura y te das cuenta de lo estúpido de la situación. ¿Cuántas veces he discutido con intimísimos amigos? ¿A cuanta gente he echado de mi vida sin contemplaciones? Sólo entonces te das cuenta que no has perdido nada. Que la gente que has conocido, no la conoces tanto. Que quizá deberías dedicar tiempo a entender al otro y no suponer que es bueno solo porque lo aparenta. Que quizá tú tampoco seas Teresa de Calcuta. Que los realmente valiosos se quedaron en Bilbao o Valencia y que ésta gente que tengo aquí por conocer, que son geniales y maravillosos…pero son eso: gente por conocer aún.

jueves, 10 de marzo de 2011

Loma pohjoisnavalla (De vacaciones por el polo norte)




La semana número ocho del calendario (los finlandeses cuentan el tiempo en semanas) es lo que para nosotros la semana blanca. La diferencia básica es que mientras para nosotros no es más que una excusa para dar una semana más de vacaciones para los profesores y tener a los niños en casa jodiendo, aquí es una fiesta generalizada. Como buenos fineses que son, lo que más les gusta es hacerse una escapadita al medio rural a sus "mökki" o casitas tipo cabañas de madera en mitad de la nada. Es muy curioso como a diferencia de nosotros para ellos las mejores mökki o al menos donde más disfrutan es en aquellos que son más inaccesibles, que están realmente en mitad de ningún sitio y que por no tener no tienen ni electricidad ni agua caliente. Sí, increíblemente ellos son felices así. Como todo en la vida estas costumbres están poco a poco desapareciendo y la juventud, acostumbrada a las comodidades de nuestro tiempo, no renuncia a estar una semana sin conectarse a facebook o sin jugar a la Play Station. Por todo ello, desde hace unos años la oferta turística en Laponia se organiza en torno a complejos turísticos donde los deportes de invierno son el eje central, eso sí, sin descuidar el alojamiento mökki pero con todas las comodidades de nuestro tiempo. Y claro, como buenos visitantes perfectamente adaptados que somos, nosotros nos fuimos también a Laponia a disfrutar de su nieve, sus auroras boreales y su intenso frío.

Para poder llegara a nuestro destino tuvimos que coger tres medios de trasporte: un tren desde Pori a Tampere, otro de Tampere a Rovaniemi y un autobús de Rovaniemi a Levi, nuestro destino. En total por unos cien euros ida y vuelta (precio de estudiante, sino el doble)  nos pegamos unas exquisitas 10-11 horas viajando, sin contar los trasbordos. Viajamos sumergidos en un continuo un chiste: dos franceses, tres ibéricos y un coreano rodeados de finlandeses por todos lados. Así que, entre las locuras de un coreano que en su afán de aprender idiomas repetía todo cuanto oía (ya fuera suomi, castellano o armenio oriental) los franceses que son unos cracks y los finlandeses que hay que darles de comer a parte, se no hizo ameno. Quizá el momento más surrealista de todos ocurrió durante la noche viajando a Rovaniemi cuando una señora mayor de unos sesenta años, completamente borracha, nos confesó que le encantaba España y se empeñó en que fuéramos a su casa a ducharnos y dormir un poco antes de partir hacia Levi. Lo más extraño fue que, quizá por el sueño y el cansancio del viaje, me dio la sensación de que nos guiñaba el ojo a menudo… y no como gesto gracioso. Con lo que la diversión de levarle la contraria al principio casi se convierte en una película de terror ya que no había forma de que aceptara que declinábamos su oferta. En algún post próximo os tengo que contar la relación finesa con España y sobre todo la estrecha relación que tienen con el alcohol.

       Como veis había poquita nieve por el circulo polar

En Levi nos esperaba una casita de madera preciosa y muy espaciosa donde supuestamente cabían solo diez personas pero podríamos haber entrado muchos más. Constaba de tres habitaciones dobles y un sobrado abuhardillado con colchones para un regimiento completo. La cocina estaba totalmente equipada y se compartía en un único espacio con un amplio salón-comedor con chimenea de leña y televisión por cable, plana y enorme (los fineses otra cosa no, pero sus teles son más grandes que la mesa de mi cocina en Bilbao). También tenía, por supuesto, una sauna y un baño con dos duchas. Tenía así mismo dos balconadas a cada lado de la casita con respectivos porches debajo que no disfrutamos, no por falta de ganas, pero a veinte bajo cero de media había que echarle un buen par para tomarse allí un cafecito plácidamente.

Durante la semana nos ajustamos a la oferta turística a la que se acogía todo el mundo: nos habíamos ido al Benidorm finlandés. Así que como buenos guiris que somos nos hicimos todas las chorradas que se podían hacer: vimos una granja de huskies, hicimos una ruta en trineo tirado por huskies, hicimos una ruta en moto de nieve hasta una granja de renos, hicimos snowboard, nos colamos en un Spa, recorrimos una ruta con raquetas de nieve y, cómo no, visitamos la casita de Santa Claus. En definitiva: un pastón. La ruta de los huskies con la granja nos salió por unos cien euros, igual que la excursión en moto de nieve. El forfait para hacer snowboard junto con el alquiler de todo el material (tabla, botas, enganches y gafas) unos setenta euros y el alquiler de las raquetas sobre los treinta. Con todo, e invadidos por un espíritu catalán inusitado, acabamos recortando dinero de todo cuanto se podía… menos en cervezas. Nos tiramos toda la semana con un menú variadísimo. Que un día comíamos arroz con tomate y salchichas, para cenar teníamos salchichas con arroz. Que nos cansábamos del arroz pues comíamos espaguetis con tomate y salchichas. Menos mal que ya al final de la semana, hartos de lo mismo decidimos liarnos la manta a la cabeza y nos hicimos un arroz a la cubana, épico.

Lo de las cervezas fue un caso curioso que ni en Poltergeist, ¡desaparecían! En realidad teníamos sospechas de que el jodido coreano, el cual todos teníamos como un chico introvertido, algo vulnerable la verdad y fácil de emborrachar, saqueaba la nevera. Asi que de vulnerable nada, creo que empiezo a temer el día que diga de salir por ahí de birras mano a mano… pobre de mi hígado. En cierto modo no nos importaba demasiado, resultó ser un fenómeno y cuando llevaba unas cervecillas extra en el cuerpo más aún. Si ya de por si los coreanos son graciosos solo con verlos hay que ver como mejoran cuando consigues entenderles lo que dicen. Por qué al principio, y aunque me llaméis cruel, yo me partía con él debido a que con su acento y forma de hablar el inglés (también por mi horrible nivel) era imposible entenderle, pero cuando ya consigues entenderle el tono y el acento… increíble. Creo que voy a dejar de hablar del coreano porque podría hacer un post solo de él y me centrare a lo que iba: el cerveceo. La cerveza creo que era nuestro único consuelo en un país que por el frío, la oscuridad y lo poca gente que son es difícil darse un festival. Así que entre unas cosas y otras no sabría calcular cuánto nos gastamos pero a ojo cayeron unas 100 o 150 en cosa de cuatro días y a veces cinco y otras seis personas.

          Os presento al coreano esta vez en versión Matrix

La vuelta fue un tormento, para que negarlo. Entre transbordos y viajes necesitamos veinticuatro horas en llegar a casa. Entre medias no lo pasamos mal, , una de las españolas se cogió una bonita cogorza con las cervezas sobrantes, nos hicimos los sin techo en la estación de Tampere dejando casi sin sitio a todo finlandés que por allí esperaba y conocimos a un español en Rovaniemi que al ver que el termómetro supero momentáneamente la barrera de cero se puso pantalones cortos. Un autentico fuera de serie. No sólo le extrañaban las caras de espanto y frio de todo el que pasaba (fineses también) sino que, como el alcohol es caro y la cocacola también, se compró el vino blanco mas peleón que encontró y se lo bebía a palo seco. Nos dijo que gustarle no le gustaba pero que él no malgastaba dinero en mezclarlo que había crisis.

El resumen general es que nos gastamos un montón de dinero por la tontería de que somos unos guiris con ganas de hacer todo lo que los guiris hacen. Realmente el alojamiento no es tan caro, mil doscientos euros una semana entre diez personas, y los precios para esquiar eran bastante razonables unos setenta euros diarios si tenías que alquilar todo el equipo. Por todo ello os recomiendo el viaje porque fueron realmente increíbles todas las cosas que nos pasaron, desde que vimos auroras boreales hasta algún accidente que otro. Pero todo eso en el próximo post que esta ya está siendo bastante largo. Como siempre… podría haber sido peor.