El espectáculo que estamos viendo
en los últimos días en Chipre no tiene parangón. No tanto por lo que los medios
se empeñan en hacernos comulgar sino por todo lo que hay detrás y lo que
supone. Sinceramente, creo que somos muchos los que ya no nos tragamos casi
todas las informaciones que nos llegan por los mass media en asuntos económicos
y que decidimos utilizar nuestro propio razonamiento para interpretar las
cosas. Cosas que, en una época en la que la “crisis” económica condiciona todos
los movimientos políticos occidentales, difícilmente parecen casualidades.
A veces no es que sea dificil despertar de un largo sueño, es que evadirse de la realidad es algo necesario para poder construirla de nuevo y que, de ese modo, merezca mucho mas la pena el placer de construir un mundo mejor para todos
domingo, 31 de marzo de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
Otro día más
He escrito muchas cosas que no subo y que puede que empiece a subir. Algunas cosas fruto del momento y otras de la pausa, unas con vigencia permanente y otras no. La de hoy sigue vigente porque pocas cosas cambian cuando las mañanas dejan de serlo y las noches no sirven para dormir.
lunes, 18 de marzo de 2013
Dejando los topos atras
Cuando
te pasas media vida escondiéndote sacar el hocico de la madriguera sin mirar
antes se hace duro. Puede parecer sencillo pero para los topos el aire limpio y
fresco del exterior no produce calma sino vértigo. Y es que aunque pueda
parecer claustrofóbico, los topos se manejan en rincones estrechos, oscuros y
poco ventilados que permiten una falsa sensación de confort y sobre todo de
seguridad.
viernes, 15 de marzo de 2013
Por qué volver a escribir
Esta siempre ha sido una canción con la que me he sentido
muy identificado porque, por mucho que la gente se excuse, nadie escribe por
escribir. Todos lo hacemos por algo o por alguien, seamos más o menos egoístas
esa es la realidad… nadie escribe un diario sino lo necesita. Charles Bukowski
decía que los verdaderos escritores son aquellos que si no escribiesen
enloquecerían, luego es una necesidad vital. Es mi necesidad vital.
La literatura siempre fue un refugio para mí. Atormentado de
niño por muchas cosas demasiado personales, la fantasía de las historias, las
hazañas me hacían relacionarme con personas y sucesos con los que era fácil sentirse
identificado o acompañado pero llegado una edad no fue suficiente, eran
necesario dosis mayores. A si fue como empecé a acuchillar folios. Al principio
fueron cuchilladas de papel, con tachones por doquier y mala letra, que me
costaba más esconder de mi madre que escribirlas. Poco después encontré un
lugar donde mi madre no las encontraría, el ordenador. Así, desde mi primer
poema “Este no es el mundo de Papá Noe” con 13 años, fui modelando la sociedad
a la que me abría. Fui progresivamente maquillando una realidad que me
aterraba, calmando mis propios monstruos interiores y confesando a lágrimas de
tinta digital mis heridas y temores diarios. Retazos de una adolescencia no demasiado
sana pero tampoco loca o inmadura.
No era una cuestión de buena técnica literaria, más bien era
de literatura muy sentida la que hacía, pero quienes me leían solían asombrarse
de mi forma de describir y desarrollar literariamente las historias. Quizá por
eso empecé a dejar a terceros que leyesen algunos de los textos que creaba, los
menos, o quizá solamente empezaba a necesitar comunicar algunas cosas. Lo
cierto es que poco a poco algo que simplemente era una excusa para ver al mundo
con mejores ojos acabó siendo una condición indispensable en mi vida. Recuerdo
que cuando dejé a mi primera novia una de las razones que me pesaron fue la de
que ya no escribía. No es que no tuviera tiempo, simplemente no le encontraba
el sentido… simplemente no escribía para ella, y eso era fundamental.
Confieso que les he escrito a muchas mujeres, muchas ni lo
saben porque nunca se lo dije o ni siquiera creí conveniente que lo leyeran,
pero escribía a través de sus olores o de su tacto. Sin embargo eso tampoco
daba el confort y el resultado esperado. Las ofertas de calor, por múltiples y
poco atractivas no dejan de ser eso, meras ofertas, no hay más allá de una piel
suave o una mirada amable. El problema viene cuando te enamoras. En ese momento
todo cambia. Ya no hace falta que escribir para ver al mundo con buenos ojos,
ni necesitas consuelo entre puntos y comas pero, aún así, necesitas seguir escribiendo.
Ya no escribes para ella, sino por y a través de ella. De
sus pensamientos, de sus gustos, de eso que va mas allá de todo contacto físico…
de esa cosa especial. Escribes tu novela, como el protagonista de esta canción
solo para ella. La vida por ello no empieza a ser maravillosa, sigue siendo una
mierda, pero una mierda novelada donde la realidad y la fantasía se funde a
salpicones a veces de esperanza, otras de terror, por qué no de sufrimiento… Se
condensa en una o mil historias que te acompañan de viaje, te sirven de
almohada y te arropan de madrugada. Más de lo que se suele pedir.
Hace muchos meses que en mi vida no hay letras, ni puntos,
ni comas. Hace tiempo que el folio sigue entero y que el filo de mi pluma no lo
apuñala. Que se me escapa vivo, que soy solo descripción… como esto que
escribo. Se me está escapando el folio vivo porque tengo el filo romo de no
usarlo. Porque durante mucho tiempo de convalecencia no encontré el medio ni
las fuerzas, porque no tenía ese especial que me permitía convencerme a mí
mismo de lo que hacía. Echaba mucho de
menos la gresca de las letras, esas que en momentos de inspiración llegan y se
escriben solas sin pulsar botones y que una vez tumbadas conspiran para hacerte
la realidad más llevadera. Algo así como “Tiempos de Váter”.
Toda esta diarrea mental viene a que escribo mi novela para
ti. Vale que soy un desorden de intenciones donde mezclo política con humor y
de repente sentimientos y oscuridad… soy así. Esto soy yo, poco mas hay. Sin
embargo sigo escribiendo para ti, aunque no lo leas. Para darte las gracias porque
me has obligado a volver a afilar la cuchilla y descargar con rabia, para no
terminar de desgarrarme pero, al fin y al cabo a encontrar paz en mis
historias. Soy así, una montaña rusa llena de contradicciones, pasillos oscuros
y lúgubres que huelen a humedad con algún looping de genialidad y mucha recta
mediocre. A veces es duro aceptarse y otras es peor aceptar las cosas. Quizá
por eso también escriba, pero esto es mil veces más valiente que mis otras
conductas autodestructivas. Quizá porque no sé cómo ser valiente y voy
improvisando, o quizá porque en mis historias yo decido que personaje soy o si
soy la historia o el derrotado. Por todo o por nada, si algo he descubierto es
que mi novela la escribir solo para ti y aunque el tiempo cambie las cosas,
aunque sea un convencionalismo, se que siempre escribiré al menos una novela
para ti.
lunes, 11 de marzo de 2013
¿Por qué no arden las calles? (2º parte)
Me da mucha rabia cuando la gente
se piensa que las cosas son sencillas y cualquiera las puede hacer. Cuando son
los primero en criticar pero los últimos en echar una mano. Me produce arcadas
cuando veo facebuccionarios que no pisan la calle más que para ir de bares o
ver un partido de fútbol. ¡Seis millones de parados y nadie sale a la calle!
¿Me lo dice una persona que a la última concentración masiva que acudió fue la
final de la copa del rey? Una de dos o nos hemos vuelto gilipollas o siempre lo
hemos sido. Cuanto más tiempo pasa más me decanto por lo segundo que por lo primero. Por ello
voy a tratar de explicar, tal y como yo lo veo, por qué aún la gente no está
saliendo a las calles a protestar enérgicamente
Hoy
trataré de abordar por encima la problemática de los medios de comunicación y la
desaparición de la izquierda mediática.
Mass media: ese aborregamiento masivo
Es
difícil tratar este tema sin incidir en conceptos de hegemonía que el gran
Antonio Gramsci desarrolló. Intentaré tratarlo algún día de forma resumida y
light ya que es un autor denso y difícil pero imprescindible para entender
muchos procesos que hoy vivimos. Para entender como los medios de comunicación
son capaces de dominar las corrientes de pensamiento de un país no tenemos más
que observar en que se han convertido los noticiarios de los medios de
comunicación tradicionales. Cómo la sección deportiva tiene más minutos que
todas las demás secciones juntas o cómo cada vez que llueve, nieva, hace frio,
calor, hay niebla, marejada, viento, llega la primavera, el verano, el invierno
o el otoño se convierten de pronto en portada de todos los diarios y en las
televisiones copan todos los minutos. Significativo es también que el diario más
consumido es Marca, el contenido televisivo multitudinario es el deporte y los
reality show y que los programas subversivos cierran por presiones políticas (como
ocurrió con caiga quien caiga) o se les vaya marginando progresivamente en la
parrilla televisiva hasta su desaparición o modificación (el caso de 59
segundos)
Antonio Gramsci
En
el caso de España (sobre los mass media en general hablaré en el post sobre
hegemonía) es sintomático como el fin del monopolio televisivo atontó a la
audiencia hasta límites extremos. Era por todos conocido “el parte” y quien
controlaba esos contenidos precedidos por el No-Do. Con la llegada de la “democracia”
el hecho de que se mantuvieran los dos únicos canales en manos del gobierno
hacía que mucha gente siguiera desconfiando de las informaciones allí vertidas
y acudiera a “medios alternativos”. De este modo la radio era uno de los medios
de comunicación más populares y las radios “pirata” algo muy habitual. Al fin y
al cabo es muy fácil montar una radio y emitir desde cualquier casa. Con la
llegada de Telecinco, Antena 3 y Canal Plus las “sospechas” del control
informativo desaparecieron y las “mamachichos”, “carrascales” y “guiñoles”
fueron progresivamente colándose en nuestras casas y mentes para contarnos lo
que ocurría en el mundo sin que pusiéramos el filtro de la duda o la sospecha
de ser informaciones interesadas.
Consecuencia
directa de ello fue una disminución espectacular de audiencia radiofónica y,
con ella, un desplazamiento ideológico hacia la derecha (con recursos económicos)
de los contenidos informativos consumidos y una incapacidad por parte de
colectivos alternativos (sin recursos) para trasladar sus mensajes y visiones.
Sintomático es por tanto que ningún movimiento altersistema, insurgente o simplemente
que cuestione el estatus quo ha sobrevivido a la década de los 90. A excepción
del terrorismo (que en este período -sobre
todo tras la ejecución de Miguel Ángel Blanco- fue herido de muerte) el único
movimiento que se mantuvo fue el insumiso aunque muy debilitado desde que en 1996
el PP declarase que el ejército se profesionalizaría en 2003. Ningún movimiento
de desobediencia civil ha sido capaz de mantener el pulso al estado. Tampoco
ninguna corriente ideológica hasta el periodo actual ha podido cuestionar el
bipartidismo establecido ni los poderes del estado. De este modo apenas hubo
contestación ante la entrada en europa, el tratado de Maastrich, la guerra del
Golfo… etc. Tímidamente se puede observar en este periodo algo de contestación
ciudadana real ante problemas puntuales como la guerra de Irak o el desastre
del Prestidge pero, siendo honestos, no fueron más allá del griterío callejero.
No hubo vertebración política ni consolidación en movimiento y rápidamente fue
asimilado por el PSOE con intenciones electoralistas.
Los
atentados del 11 Marzo de 2001 en Madrid y el bochornoso espectáculo que dio el
gobierno suponen un antes y un después en estas dinámicas de contestación
social. Por primera vez las redes sociales sirven como soporte para contestar
al partido en el poder y generan la suficiente movilización para castigar, en
este caso, al PP. Sin embargo, y aunque existen multitud de intentos
(movimiento anti ley SINDE, anti Bolonia, contra la SGAE… etc.) habrá que
esperar hasta el surgimiento del 15M para que internet y las nuevas redes
sociales puenteen, solo parcialmente, ese secuestro informativo de los
poderes fácticos.
Desaparición mediática de la izquierda
Ludoico Silva
Uno
de los pilares fundamentales de la izquierda es su carácter educativo-formativo-divulgativo,
sin embargo, si algo le gusta a los grupos de izquierdas es ser mas Marxistas
que Marx, más papistas que el Papa y creer que el hecho de tener razón es suficiente
para conseguir la victoria política… un puto sin sentido. Decía Ludovico Silva
que si los loros fuesen marxistas serían los mejores marxistas ortodoxos y algo
así le pasó a la izquierda de española. Después de que el partido comunista casi
se prostituyese para ser legalizado en la transición, se vivió una suerte de
ortodoxia reflejada no solo en la dialéctica sino también en las formas. Se
prefirió no acudir a lugares hostiles como los emergentes mass media, se
rechazaban entrevistas en programas considerados poco serios (pero con mucha
audiencia) y se insistía una y otra vez obviar la perdida hegemónica.
Consecuencia directa de ello se podía ver en la insistencia en repetir que el
PSOE no era de izquierdas (no lo es, pero es que la gente no sabe lo que es la
izquierda -> pérdida de la lucha hegemónica), mantener la dialéctica de la
lucha de clases cuando el movimiento obrero era un cadáver más bien frio y en
proceso de putrefacción, la insistencia en el sindicalismo clásico o estatal en
un entorno donde la deslocalización productiva era la norma y la no
incorporación del feminismo y la ecología como eje fundamental para relegarlo a
breve apunte de acompañamiento.
Salvo
la aparición (fundamental) de Julio Anguita en IU los líderes de la izquierda
española no sabían por donde les daba el aire. Ni la izquierda vasca, más
preocupada en cuestiones de emancipación y conflicto armado que en izquierda,
ni la izquierda catalana siempre a la sombra de la burguesía de la provincia y
con un discurso muy tenue han sido capaces de cambiar las dinámicas políticas a
pie de calle. Cierto es que la izquierda abertzale siempre ha mantenido una
fuerte presencia en los colectivos sociales y movimientos a pie de calle, sin
embargo, esta presencia supone más una dinámica de dominación que de
empoderamiento, donde el servilismo filial es la norma. Así con todo, solo se
salva una Andalucía desindustrializada y fundamentalmente agraria donde el entorno
laboral sí supone un reflejo social de las dinámicas económicas y por tanto de
la lucha de clases. A pesar de ello, las políticas de subvencionismo impulsada
inicialmente por el PSOE y mantenida después por el PP y la EU han servido para
adormecer a la población evitando así un resurgimiento de la izquierda (ver 1ºparte de este post, “Un anestésico llamado crédito”)
Todo
esto se ve reflejado en el pulso mediático. Hasta la aparición del Diario
Público y de la cadena televisiva La Sexta, no ha existido en España ningún
medio de masas donde la izquierda tuviese cabida a nivel estatal. En el caso
concreto de Euskal Herria es de agradecer que existieran diarios como Egin,
Egunkaria, Gara o Berria y que compitiesen de igual a igual con diarios
estatales. Por el lado contrario, y exceptuando aquellos medios “camuflados de
no ideológicos”, si que han irrumpido varios diarios en torno a la derecha y la
extrema derecha. Casos como La Razón, La Gaceta, ABC, Libertad Digital,
Intereconomía… son un fiel reflejo de la importancia que tiene poseer un vehículo
ideológico donde hacer política. A fin de cuentas un medio informativo traduce
y transmite la realidad tanto política como social a la ciudadanía constituyéndose
de este modo como un generador de opinión en lugar de una fuente de información.
Resumiendo
un poco, al ser la derecha (o los medios afines al estatus quo) la principal
fuente de información-opinión de la gente, la desaparición de medios que
disputen mediáticamente esa dominación más la inoperancia de la izquierda
política y su decisión de no participación en los medios (hasta hace cuatro días)
hace muy difícil el espíritu crítico ciudadano: la fuente de toda insurrección.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Imbéciles y "la marca españa" versión aplicada
A veces pienso que lxs españoles son gilipollas... el resto
del tiempo no me queda ninguna duda. Se ha montado una polémica de tres pares
de cojones porque a este joven se le ocurrió decir "sagerao España"
al final de un acto de presentación en el parlamento de Estrasburgo (frase que
debe ser de Gandía Shore). La gente por facebook por Twitter por Youtube
diciendo que han defraudado a su país, que vergüenza, no representan a los jóvenes
españoles deberían caerle una buena, como puede ir esa gentuza a Estrasburgo...
etc etc etc.
Lo que me toca las gónadas superlativamente es que en todos
los comentarios subyace la tontería mayúscula y propagandístico-neoliberal de
"la marca España". De todas las preocupaciones objetivas del video
(bajo nivel de inglés, se lo toman poco en serio, comentario desafortunado) la
peor de todas en este país de borregxs es el comentario final (Huelga decir que
el muchacho en cuestión tiene 16-17 años y que esta hormonalmente aparvado como
yo también lo estuve a esa edad).
1º Habría que preocuparse seriamente en el bajo nivel de
inglés de estxs dos. Para empezar no tiene ningún sentido que a diferencia de otros paises de la zona euro nuestros jóvenes no hablen perfectamente 2 o 3 idiomas al terminar los estudios básicos
2º Habría que preguntarse por qué en una "Europa
Unida" todas las lenguas oficiales no son válidas para expresarse y se
impone la anglosajona como hegemónica. La unión de los pueblos no se consigue con la libre circulación de capitales si no con la convergencia cultural (que no imposición) y social.
3º Teniendo en cuenta el patán de presidente del Gobierno
que tenemos habría que preguntarse como lo habría hecho Marianico de intentar
hablar inglés (por cierto nadie dijo que la marca España estuviese en juego con
lo de "is too difficult todo esto". O el permanente ridículo ante embajadoras ministras y otras personalidades extrangeras
4º No entiendo por qué la gente no se plantea el rastro
educativo-formativo que ejercen esos programas basura en población aun en fase
de maduración y las consecuencias de que se les exponga a estos contenidos
5º Sigo sin entender como se puede cargar de responsabilidad sobre la "marca España" a deportistas, parlamentarios, ciudadanía de a pie y nunca a politicos, empresarios, multinacionales de "origen español" (privatizaciones públicas) ni las politicas que estos ejercen en el pais
7º ¿Nadie se ha dado cuenta que lo de euroescola es una pantomima sin medida para justificar una pseudo transparencia?
8º ¿Nadie le ha dado por mirar a la chavalería de otros paises? ¿Es que cuando viajamos solo nos dedicamos a hacer fotos y no ha conocer un poco el pais y sus gentes? Se suele decir que el nacionalismo se cura viajando pero en estos tiempos de Ryanair y fotografía digital la gente viaja solo para presumir de fotos
9º Me parece normal que les entre la risa. El parlamento
europeo es una pantomima enorme que no sirve para nada y nos venden como
democrático... lástima que no lo usaran para decirlo abiertamente.
10º... parece que nadie ha tenido nunca 16 años
lunes, 4 de marzo de 2013
¿Por qué no arden las calles? (1º parte)
Me da mucha rabia cuando la gente
se piensa que las cosas son sencillas y cualquiera las puede hacer. Cuando son
los primero en criticar pero los últimos en echar una mano. Me produce arcadas
cuando veo facebuccionarios que no pisan la calle más que para ir de bares o
ver un partido de fútbol. ¡Seis millones de parados y nadie sale a la calle! ¿Me
lo dice una persona que a la última concentración masiva que acudió fue la
final de la copa del rey? Una de dos o nos hemos vuelto gilipollas o siempre lo
hemos sido. Cuanto más tiempo pasa más me decanto por lo segundo que por lo primero. Por ello
voy a tratar de explicar, tal y como yo lo veo, por qué aún la gente no está
saliendo a las calles a protestar enérgicamente
Para empezar hoy trataré uno de los
mayores problemas que creo tenemos: la desunión. No voy a tratar el tema de la
lucha obrera pues prefiero analizarlo más en profundidad otro día. Demasiada gente
cree que las soluciones individuales van a servir para solventar la situación y
salir del paso. Aún existe esa falsa creencia de que si te esfuerzas y eres
constante conseguirás ascender en la escala social… un sin sentido. Para que
nos hagamos una idea eso es algo así como decirle a tu hijo que deje la escuela
y se dedique a jugar al fútbol todo el tiempo posible. Que se esfuerce al
máximo entrenando y mejore su técnica porque, de este modo, conseguirá ser el
nuevo Messi y prosperar en la vida. Sin duda que existe la posibilidad de que
tu hijo sea como Messi, o incluso mejor, pero las probabilidades son casi
nulas. Ascender en la pirámide social es lo mismo. Si de verdad uno piensa que
en el sistema es posible ascender por méritos propios y cree que es lícito que
un grupo de gente viva mejor que otra no está haciendo otra cosa que apretar
con sus creencias, el nudo gordiano que lo esclaviza.
El problema del ascensor social
Si perteneces a la clase baja es
muy difícil llegar a la clase media-alta (no digamos a las clases altas) pues
el supuesto ascensor social que permite esa movilidad no es tal. Si tomásemos
como ejemplo un rascacielos, a través del ascensor social una persona normal podría
escalar una o dos plantas (según donde naciese) pero jamás llegaría a las
plantas superiores pues éstas están destinadas únicamente a quienes nacieron de
la planta 50 hacia arriba.
Quizá uno de los mayores problemas venga
cuando nos renombren la planta en la que nos hallamos. Si a través de los medios
de comunicación nos consiguen convencer de que nos hallamos en el piso treinta,
no necesitaremos mirar por la ventana para comprobarlo ¿Por qué nos iban a
engañar? Si mirásemos por la ventana observaríamos que no nos encontramos en la
trigésima planta sino en la décima o novena. El problema está en querer mirar
por la ventana. ¿Cuántos decíamos hace unos años que éramos de clase media? ¿Cuántos
de verdad analizamos nuestra situación/miramos por la ventana? El problema de
la falacia de la clase media y de los problemas derivados del crédito lo
abordaré en profundidad en siguientes entradas.
Un anestésico llamado crédito
El
acceso fácil al crédito o los llamados créditos al consumo son un invento
reciente. A nuestras abuelas y abuelos jamás les habrían concedido un crédito
para amueblar la casa o irse de vacaciones, pero aún mejor, jamás lo habrían
aceptado. Aun hoy podemos escuchar a nuestros mayores decirnos que no nos
fiemos del dinero fácil, nadie les escuchó entonces y nadie se para hoy a escucharles.
El
fácil acceso al crédito supone una educación social a un consumo desmesurado e
inmediato. Hemos dejado de ahorrar para comprar, ahora pagamos a plazos o
financiado. Lo quiero aquí y ahora. Eso supone por un lado un escaso ahorro
medio, una falsa sensación de poder adquisitivo y por tanto una falsa identidad
de clase social. Me explico, si puedo irme de vacaciones donde va el jefazo de
la empresa, puedo comprarme un coche parecido al del jefazo y puedo darme algún
lujo como el jefazo… ¿Acaso no soy de clase similar a la del jefazo? Pues no,
simple y llanamente no. Resumiendo: el jefazo no ha hipotecado media vida en
forma de deuda para adquirir esos bienes y su capacidad de influencia sobre tu
modo de vida es infinitamente superior a tu capacidad de influencia sobre su
modo de vida.
Todo
esto nos lleva a una terrible conclusión, si hemos aprendido a “escalar
socialmente” a través del consumo ¿Cuándo y por qué pelearé? ¿Por mantener
derechos sociales, justicia ecuánime? No, pelearé por mantener o mejorar mi
capacidad de consumo. Si esa capacidad de consumo viene determinado por el
sueldo de las empresas y por el crédito de la banca ¿A quién culparé? Si no me
da por mirar por la ventana y reflexionar por qué creía estar en la trigésima
planta solo pediré retomar a la situación anterior a través de cómo me
enseñaron que se llegaba a ella: trabajar duro, pedir crédito y financiar mi
consumo: pan y circo.
La propiedad, la fuente de todo miedo
Es
curioso mirar la historia y ver como algunas soluciones que se utilizaron hace más
de cincuenta años hoy siguen vigentes, qué poco hemos cambiado. Resulta que en
la postguerra española había un gran problema para contener a las masas
republicanas que aún se mostraban beligerantes cuando flaqueaban las fuerzas
del orden. Los makis causaban problemas
en la sierra y mucha gente acogía en sus hogares a conspiradores para devolver
el legítimo gobierno a Madrid. Sin embargo Franco y sus huestes consiguieron un
antídoto infalible ante esa rebeldía: ¿represión? Ni mucho menos, propiedad.
En
la España de aquella época eran pocas las familias que tenían pisos en
propiedad en las ciudades. Con un país en ruina, las ciudades devastadas en fase de reconstrucción y unos
pueblos desangrados por la rivalidad entre familias la emigración hacia las
ciudades era constante. Era necesaria mucha mano de obra para revitalizar la
economía y reconstruir infraestructuras. Para ello durante los primeros años
los prisioneros de guerra formaron esa mano de obra, muriendo muchos por las malas
condiciones, pero no era suficiente para amedrentar a los rebeldes. Así que ni
corto ni perezoso el dictador comenzó a edificar casas y construir fábricas a
diestro y siniestro. Con una España de propietarios y estómagos agradecidos las
ganas de rebelarse disminuyeron hasta el extremo. Asi España paso de ser un pais de proletarios a un pais de propietarios (casas en propiedad) y con ello se desactivaron las calles, había miedo a perder las propiedades.
Hoy
pasa lo mismo. A menudo oímos “Yo con tal de no perder lo poco que tengo… me
vale”. Es ese miedo a perder las posesiones que se tiene la que bloquea a la
gente a pelear por poseer lo único valioso: su libertad. Es lo que Hegel
llamaba la moral del esclavo. La de aquel esclavo que piensa que si se rebela
contra su dueño este dejara de tirarle mendrugos de pan de vez en cuando y que
si obedece y es servil quizá le caigan mendrugos más grandes. Vivimos en un país
donde la gente pensaba que alquilando se tiraba el dinero y todo ser viviente
quería una casa en propiedad. Estamos en la obligación de explicar que no hay
nada que proteger porque de seguir así lo perderemos todo, que ya no tenemos
nada que perder porque no tenemos nada.
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