jueves, 4 de diciembre de 2014

La mujer invisible




La navidad invade Málaga en una de esas tardes que los lugareños llaman frías sin serlo realmente. Todo son luces y escaparates allí por donde miro. Aquí y allá se ven a los niños corretear mientras sus madres husmean escaparates pensando seguramente en la lista de regalos navideños pendientes. Apenas hay brisa. Tan solo olores entre mezclados de castañas asadas, almendras garrapiñadas y pan dulce de una máquina americana que consigue aguar la boca de una niña absorta quien, frente al puesto, paladea el aire. 

Camino en conversación distraída por el centro, callejeando entre las gentes y los ruidos de quienes se afanan por que entremos en sus tiendas y tascas. Entre los cuerpos que se me cruzan, las gitanas me ofrecen sus romeros y un joven con cara de haber vivido mas años de los que cuenta, grita tener la suerte millonaria en los boletos de lotería que blande orgulloso entre sus manos. Cruzando una esquina, una mujer vieja y arrugada canturrea, como de corrido, que no tiene trabajo ni techo donde dormir. Sus ojos me recorren de arriba abajo esperando, supongo, un ademán de atender a sus súplicas, pero pronto cambia de objetivo.

Con las marcas de aquella mirada por el cuerpo, el grupo que me acompaña se para en una heladería repleta de cremosos helados de colores radiantes, casi radioactivos, innaturales. A todos nos apetece probar alguno de inmediato, pero lo meditamos mejor: ya habíamos merendado demasiado. Al poco, seguimos avanzando porque un joven de sonrisa profident trata de cautivarnos para que colaboremos con una ONG. Tengo que decirle varias veces que no, lo más educadamente que puedo para que escoja otra persona a la que abordar. Finalmente se cansa, desiste y nos abandona. Avanzamos unos metros más y, tras varios minutos de deliberación decidimos ir a cenar a un buffet que se encuentra a unas calles de distancia. Sorteando vendedores, compradores y viandantes varios, mi mirada topa con alguien que no encaja en toda la escena. Alguien que, estando, no parece habitar el mismo lugar que todos los demás.



Se trata de una mujer de unos cuarenta años, treinta y cinco mal llevados seguramente. Avanza desprovista de vitalidad entre la gente, con la mano extendida adelantada sobre su cuerpo, pero sin fuerza. Su mirada esta perdida entre la gente, no se halla en sus cuencas. Están mirando hacia dentro, quizá hacia el interior de todos los demás. Gritan sin duda enmudecidos a quienes le pasan por delante esquivándola como una farola cualquiera. Sus pupilas tiemblan y brillan seguramente de apuro, quizá de vergüenza. No están mirando a nadie pero tratan de hablarnos a todos. Su boca musita cosas ininteligibles, no hay voz en ella. Se gira hacia una pareja que pasa por su lado, sin demasiado brío, con poca gracia. No canturrea sus desgracias de corrido, ni vende buena suerte. No está provista de una cara amable ni de un olor apetecible. Sus ojos no son radioactivos, son de un negro apagado, consumido.

La pareja le esquiva sin prestarle el menor caso, no ha llamado su atención. La mujer invisible avanza, con los pies casi tan temblorosos como sus manos, a pasos cortos, sin decisión ni destino. Con la mano que no pide, se agarra la chaqueta del chándal, tiene frío, o quizá solo se le esté encogiendo el estómago y trate de aplacar el rubor lleno de pena que le invade. Me mira. Me petrifica. Su gesto no cambia, no hay motivación en su rostro. Soy uno más que pasará a su lado solo para esquivarla. Miles de pensamientos se acabalgan en mi mente y mi corazón, helado, brama en mi pecho sin bombear, incapaz. Me está pidiendo que haga algo, quizá solo que la atienda, que no pase de largo como si la mujer invisible no existiera. Pero mis pies siguen su rumbo, no están recibiendo órdenes de parar y como un autómata sigo haca adelante, avergonzado, pero sin hacer nada. La persigo con la mirada mientras paso a su lado y me alejo. No me atrevo a parar, no sabría que hacer si lo hago, pero tampoco tengo la valentía de sacar al grupo del ensimismamiento absurdo, caprichoso y consumista que nos rodea. La mujer sigue su destino sin rumbo, nada la detiene porque no está allí, porque la sociedad no la espera.

Giro la cabeza y miro al frente. Repaso a la gente que me encuentro al paso buscando complicidad, quizá comprensión. Puede que les esté mirando con odio por no hacer nada pero, en realidad, a quien me quiero mirar, es a mí mismo con la peor de las miradas. Mis ojos se encienden, están calientes, inyectados en dolor pero no lloran. Las lágrimas se han solidificado junto con la sangre que ya no me calienta las venas. Soy yo y no el resto quien no ha reaccionado, ni bien ni mal, sencillamente no he reaccionado. ¿Necesitaba esa mujer un romero que vender? ¿Quizá lotería o un suculento helado? Algo interrumpe mis pensamientos. La conversación que se estaba fuera me incluía y estaba haciendo caso omiso a quienes me acompañaban. Habíamos llegado al restaurante.



Odio el capitalismo, me digo mientras muerdo un trozo de pizza que tengo frente a mi. Paladeo su sabor, al tiempo que me doy cuenta de que también me odio a mí. Yo también consiento, aunque despotrique, aunque me queje. Nada me diferencia de la pareja que antes pasó al lado de la mujer invisible y que, en la distancia, hubiera mirado con odio, Quizá con la altiveza intelectual de quién habla de moralidades bajo un techo caliente y una nevera llena. Pido otro vaso de coca cola porque me cuesta hacer pasar esa pasta prefabricada por el gaznate. Nada me separa de ser un hombre invisible en las calles, solo una nevera llena. Neveras que se vacían a ritmos agigantados cuando los vientos cambian de rumbo o se nos rasgan las velas. Sin embargo, un abismo colosal me aleja de quien posee tantas velas y remos que ni cien tormentas le harán zozobrar. ¿Por qué esquivé a la mujer invisible?

Pagamos a escote, con la tarjeta de crédito en la mano. De vuelta a casa, miro por entre las calles sin encontrarla. Como si pararme ahora y tratarla como un ser humano arreglase algo las cosas. Como si fuese mas importante acallar mi conciencia que cambiar mi actitud. Llego a casa presto a planificar los pocos días de vacaciones que me quedan, sin dejar de pensar en aquellos ojos desvitalizados. Me perseguirán durante días, pero yo no dejaré de impulsar esta rueda trituradora de personas, al menos, hasta que termine mis vacaciones, me digo. No en mis vacaciones. Como si recorrer, de pasada, sin aprehender mas allá de la foto y el recuerdo, supusiera un cambio vital trascendental.

Y me termino de pensar, escribiendo estas líneas. Tecleando con dudas sobre por qué lo hago. Quizá me calme momentáneamente, pero no cambiará mi odio por esta sociedad injusta y atroz. No cambiará mi odio por mí mismo. Porque soy un consentidor más cuando esquivo gentes invisibles y me abrazo a la purpurina casposa de la sobreabundancia y despilfarro innecesario que deja, allá por donde pasa, miseria y desposeídos. No cambiará el hambre, ni el hambre de justicia, escribir esto, pero tampoco leerlo mil veces. Quizá la clave no esté en consolarnos, sino en atrevernos a sufrir las vidas de los iguales. De aquellos que no son tan diferentes a nosotros, tan diferentes a mí. Quizá la clave será dejar de pensarme a mi mismo con la nevera llena y empezar a pensarme con la nevera compartida.




Espero no olvidar los ojos de la mujer invisible porque son los de la dignidad de quien sale en busca de sus iguales. Espero no olvidar sus ojos porque los míos son los ojos de la vergüenza mas profunda de quien huye de sus iguales por pensarse de los del otro lado del abismo.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Ingeniería social y profecías autocumplidas


            Que si que ya, que soy un profeta amateur y casquivano y que le tengo una manía a PODEMOS que no puedo (no duermo pensando en como criticarles) pero los datos del CIS no tienen demasiado sentido. Por mucho que exista voto de castigo al PP y al PSOE en ciencias sociales, salvo en momentos prerrevolucionarios (en el que NO ESTAMOS) la conducta social se torna estadísticamente proporcional. Mas agudizada o menos, pero proporcional. 

                 No hay que ser ningún gurú para observar que el voto directo (bruto) a PODEMOS y el voto estimado por el CIS no corresponden proporcionalmente a cuando se aplica a otros partidos. Y es cierto que PODEMOS está generando una gran atracción, pero no tanta como para conseguir ser un partido que dispute el poder.

            Si comparamos sucesos históricos de vuelcos electorales grandes, éstos, venían siempre acompañados de grandes revueltas sociales e intensa lucha política-productiva en las calles. Eso en España NO OCURRE, es más, desde la aparición de PODEMOS las calles se han paralizado, no del todo lógicamente, pero si han perdido beligerancia. Con todo, parece mas probable que se de esté dando eso que llaman "revoluciones tranquilas".

            Antes de nada quiero aclarar que ninguna revolución digna de ser llamada así es tranquila por múltiples razones que no voy a esgrimir ahora (se haría hiper denso). Lo que si cabe destacar es que casi todas las revoluciones "tranquilas" ocurridas en las últimas décadas han sido revoluciones manipuladas. Desde la "revolución" de los claveles, hasta la "revolución" naranja, estos "cambios" sociales han consistido en meras cuestiones estéticas donde los grupos de poder conservaban su posición.

              No estoy diciendo con esto que Pablo Iglesias sea un vendido a lo Felipe González y que exista un señor del mal detrás partiendo de risa con cada "si se puede". Lo único que planteo es que tras la sorprendente cobertura mediática y publicidad continua de todos los agentes culturales y mediáticos del país, después de que el CIS (Gobierno actual -> PP) contribuya a todo este ejercicio propagandístico tiene toda la pinta de que estemos ante un fenómeno de "profecía autocumplida".

          ¿Para qué? Pues ni pajolera idea. Por lo pronto, solo se me ocurren dos supuestos. O bien PODEMOS supone un horizonte cómodo para los grupos de poder extranjeros y nacionales (probablemente sin que los propios integrantes de PODEMOS lo sepan) y les interesa promocionar esta candidatura. O bien, el ascenso de PODEMOS es una herramienta para conseguir una fuerza contraria que favorezca la fagotización de los poderes económicos nacionales por parte de los extranjeros, amén de posicionar al país (recuérdese la importancia geoestratégica española) acorde al diseño europeo-alemán. 

           Bajo cualquiera de estos dos escenarios, mal que nos pese, PODEMOS lejos de ser una esperanza de cambio real, podría ser una simple marioneta del poder. Ojalá me equivoque pero todo apunta a ello, al menos, en mi opinión. Aún con todo, y aunque pretendan manejar a PODEMOS, éstos tienen margen de maniobra. De ellos depende cuanto quieran ser manejados. Mientras tanto, al resto nos tocará hacer política para no ser manejados por la ingeniería social que, sin lugar a dudas, está ya a pleno rendimiento.

jueves, 7 de agosto de 2014

10 razones para un nuevo Prestidge llamado Ébola


 
             No se puede ser mas inútil. De verdad, hay que poner mucho empeño para tomar decisiones tan malas y nunca aprender de ellas. Si con el Prestidge, si ese de los hilillos, se tomó la peor de las decisiones con el asunto del Ébola se ha tomado la absolutamente mas riesgosa. La diferencia es que las consecuencias de una cagada en este sentido son catastróficas. Con todo, no quiero ser agorero, porque aun tengo esperanza en el buen hacer de la comunidad médica. Compañeras/os que les va a tocar bregar con las cagadas de politicos que, o bien no escuchan a sus asesores o bien los que tienen son unos ineptos. He aquí mis 10 razones por las cuales se ha tomado la peor de las decisiones en esta crisis del Ébola:

1. En TOOOOODA pandemia lo importante es MINIMIZAR la exposición, AISLAR a la población infectada y TRATAR en la zona el problema. De lo contrario se EXPONE innecesariamente a población no infectada al riesgo de contraer la enfermedad.

2. No tiene NINGÚN PUTO SENTIDO llevar a un enfermo protador del virus mas infecto-contagioso y letal conocido tropocientos kilometros mas allá, dejando el PRINCIPAL problema por resolver y lo que es peor, a esos paises con una mano delante y otra detras.

3. El puto iluminado que un dia vió a dios, decidió imponer su verdad a los negros (que debían ser gilipollas por creer en otros dioses) y se fue a tomar por culo de su país no merece el enorme gasto y riesgos que se corren porque: a) el pais como tal no le envió alli como cooperante internacional, b) como toda orden religiosa y casi todas las ONG su labor es lo peor que le puede pasar a Africa: sirven de tapadera para la experimentación médica y el control politico de la zona, c) oganismos como los de este hombre impiden el normal desarollo de las comunidades bajo su propia idiosincrasia.

4. ASQUEROSO, pero asqueroso es que toda la prensa aplauda con las putas orejas una decisión gravísima y minimice los riesgos de la misma. Por no hablar de las loas a la figura de este personajillo que no hacen mas que dejar claro que detras de esta MANIOBRA POLÍTICA esta la presión de la iglesia.

5. Si de verdad queremos ayudar, ¡¡¡ENVIEMOS UNA FRAGATA MÉDICA!!! Con material y equipos para tratar enfermedades en tierra, medios para acoger los casos mas graves (y estudiar posibles curas) en la UCI del barco y laboratorios para el control de contagios. Una fragata que, antes de acabar su misión, pueda ser descontaminada en alta mar y pasar los tiempos de seguridad necesarios (cuarentena) para evitar riesgos.

6. NOS HEMOS CARGADO LAS INFRAESTRUCTURAS MÉDICAS del hospital carlos III con las privatizaciones. Como ya han denunciado los trabajadores del hospital, desde hace unos años, y por decisión de la comunidad de Madrid, todos los equipos, medios y recursos de los que estaba dotado dicho hospital han ido desapareciendo. Es decir, ese hospital no esta preparado, como si lo estuvo, para controlar ninguna infección con potencialidad pandémica. http://hcarlosiiienlucha.wordpress.com/2014/04/18/ahora-si-ahora-no-ahora-el-ebola-lo-propago-yo/

7. Mas importante que salvar a un iluminado de 75 años (que lo mejor que nos podía haber pasado es que se muriese por el camino) es tratar a la población afectada por dos motivos principales: a) en la epidemia de 1972 murió el 92% de los infectados y a duras penas se pudo controlar la pandemia. De hecho, es vox pópuli (aunque no oficial), que se controló a base de arrasar la zona y su gente con Napalm. b) Las migraciones van a diseminar el foco pudiendo extender este brote a todo el globo. Por lo que es prioritarios gastar el dinero ¡¡¡EN LOS AFRICANOS!!! y ayudarles en lo que se pueda.

8. Los riesgos de los que habla el ministerio de sanidad son los evaluados en caso de que los servicios sanitarios no se desborden. Si tenemos en cuenta que tenemos una densidad de población en Madrid infinitamente superior a la de África con una movilidad de personas infinitamente superior a la de África, esos calculos son ridículos. Y lo son porque el periodo de incubación va de 2 a 20 dias, es decir, que un infectado es capaz de contagiar durante unos 10 dias de media a todo cristo sin que él note estar enfermo y nadie de su alrededor pueda comprobarlo salvo através de un análisis de sangre. Además tenemos que tener en cuenta que se transmite por saliva, sange y ¡SUDOR!. Igual nadie se ha dado cuenta pero estamos en verano.

9. (continuación del punto 8) ¿Es capaz un sistema sanitario al borde del colapso por falta de recursos de hacer frente a una propagación diseminada? Solo pensemos en que un único enfermo precisa de aislamiento absoluto, personal médico exclusivo y un desecho de excretas escrupuloso, rigurosamente aislado para evitar infecciones cruzadas. ¿De verdad podemos asumir exponernos minimamente en riesgo?.

10. Lo que yo hubiera hecho. En primer lugar, mandar a tomar por el culo a la iglesia y al subnormal infectado. En segundo lugar, negociar con la UE el envío de materiales de control de enfermedades y dinero al lugar, asi como buques medicalizados para atender a la población. En tercer lugar, blindar las fronteras y contolar la inmigracion. Y no, no es precisamente a los negros a los que hay que controlar (estos mueren antes de llegar al guru guru y, si empiezan a cagar sangre, no tienen fuerzas para saltar la valla, creedme) sino a los blanquitos occidentales, asiaticos y africanos con pasta que viajan como VIPs en los aeropuertos de medio planeta. Por último, reimplantar al equipo de control de pandemias del Carlos III y dotarles de medios y recursos economicos.

Igual que el mar nos devolvió toda la mierda que le enviamos, el Ébola nos puede devolver toda la atención que no le estamos prestando.

lunes, 30 de junio de 2014

Eres casta mother fucker





           Existe un dicho popular que asegura que cuando el sabio apunta al cielo el tonto mira al dedo. Ciertamente algo de esto debe ocurrir, aunque quizá no en todo su conjunto, últimamente en el imaginario político de la gente trabajadora. Y es que si existe algún término que se nos ha colado en las conversaciones de las tertulias televisivas, se ha extendido a las discusiones de bar y es casi imposible que no se mencione en las sobremesas en familia es “casta”. Sin embargo, no parece que el uso de esta palabra concuerde realmente con su significado y no tengo muy claro la conveniencia del mismo mas allá de su rentabilidad en momentos prime time.

                Si atendemos a la RAE, el significado de casta es:

1. f. Ascendencia o linaje. Se usa también referido a los irracionales.
2. f. En la India, grupo social de una unidad étnica mayor que se diferencia por su rango, que impone la endogamia y donde la pertenencia es un derecho de nacimiento.
3. f. En otras sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.
4. f. Especie o calidad de algo.
5. f. Zool. En una sociedad animal, conjunto de individuos especializados por su estructura o función. Se usa en especial referido a los insectos sociales, como la obrera en una colmena.

                Según esto, lo más probable es que se utilice según su acepción segunda y tercera. Básicamente y resumiendo, podríamos decir que casta (según Pablo Iglesias – Podemos) es un grupo que forma una clase social especial separada, endogámica, que se diferencia por su rango y que su pertenencia es un derecho de nacimiento (político-partidista).

                Que brillantez. Nadie puede rebatir de forma rápida un término como este en un debate televisivo cuando se habla de bipartidismo. Es muy difícil argumentar desde las posiciones de Inda, Rojo, Marhuenda y demás camarilla de la caverna mediática que el bipartidismo se asienta en castas político-partidistas y menos aun en un plató de televisión donde el ritmo discursivo es frenético. Ahora bien, fuera de los platós de televisión ¿conviene que la gente asocie-aprenda que el sistema político-económico es un sistema de castas político-partidistas? Rotundamente creo que NO. Es más, creo que es peligroso, es un engaño y arrastra unos sentidos comunes (hegemonía) muy alejados de los intereses de la mayoría. Me explico:

                Si somos serios en el análisis, no es cierto que los políticos, aun perteneciendo al bipartidismo, sean una casta. En primer lugar porque no pertenecen a ninguna clase social diferente de la clase alta-funcionarial y, esto es muy importante, a diferencia de la clase burguesa (que depende de su capital para su subsistencia) la clase obrera (que depende de su fuerza de trabajo para sobrevivir) el lumpen (que está excluido de la sociedad y “se busca la vida” para subsistir) la pequeña burguesía (que sobrevive de los réditos de un pequeño capital y una participación discreta de su fuerza de trabajo), la clase funcionarial son un grupo de “asalariados” especiales. 

               Es decir, no disponen (a priori) de un capital inicial con el que mantenerse aunque progresivamente lo acumulan. Del mismo modo, tampoco disponen de fuerza de trabajo pues su actividad no produce ni directa ni indirectamente. Su actividad se basa en obedecer órdenes o ejecutar ciertas tareas que le son encomendadas. Posteriormente, el capital que hayan acumulado, bien por renta, bien por sobornos y prebendas varias, pasa en forma de herencia a su descendencia sin que, con ello, pase necesariamente su condición alto-funcionarial. Del mismo modo, su condición de separación endogámica está ligada a su trabajo. Es decir, utilizan sus influencias de poder (policía, leyes) mientras ostentan un cargo público (son útiles) pero cuando dejan ese cargo pierden esa condición.

                Resumiendo, ni son una clase especial, ni son endogámicos, ni están separados del resto, ni su rango es heredable (en principio) y todos sus “privilegios” están supeditados su condición de utilidad, es decir, a si se sientan en la silla de poder o no. Sí que es verdad que se diferencian por el rango. No es lo mismo un policía, que es clase funcionarial, que un político. ¿Por qué? Porque el policía es pertenece a la clase baja-funcionarial y el político no. ¿Cuál es la diferencia? Son muchas, pero en pocas líneas un policía no puede acumular capital (bajo salario) apenas recibe sobornos y prebendas (en proporción claro está) y una vez dejan el cargo no es necesario silenciarlos (puerta giratoria) para evitar daños a la verdadera clase alta  ya que su capacidad de influencia en el sistema es mínima a nivel individual.



Entonces… ¿Existe una casta? ¿Quién es casta?

                Atendiendo a la definición aproximada que pueden estar usando Pablo Iglesias – Podemos, existe un grupo de gente que son una clase social en sí misma, separada del resto de la sociedad, que su condición es heredable y es endogámica: la clase social más alta, alta burguesía o directamente, los ricos de verdad.

                En primer lugar disponen de capital (dinero) suficiente como para no usar sus manos para trabajar (fuerza de trabajo) y compran o alquilan la de otros en forma de inversiones en empresas, finanzas o con asalariados. Se aíslan del resto de la sociedad mediante el pago de barreras físicas: seguridad, barriadas excluyentes, zonas de esparcimiento exclusivas… etc. Su condición es heredable, se obtiene por nacimiento o consanguinidad y no depende de aspectos coyunturales como ocurría con los políticos (estar en una silla de poder o no). Su capital tampoco depende de la acumulación de altos salarios, sino de extraer una parte importante de lo que producen los demás, ni depende de prebendas o sobornos ya que son ellos quienes las ofrecen para diversos fines. Es esta verdadera casta, quienes tienen a sueldo a los políticos, la NO-casta. 

                Si uno revisa la historia de este país puede ver como las familias adineradas a principios del siglo XX son las mismas que en la actualidad (salvo contadas bancarrotas). Es más, si uno lee historiadores serios (y no a Cesar Vidal o Pio Moa) puede ver como estas familias son las que pagaban a la camarilla de Canovas y Sagasta, quienes financiaron al fascista Primo de Rivera o quienes influyeron en los flujos de dinero hacia el alzamiento nacional fascista de Franco. Las mismas familias que hoy tienen a sueldo a los políticos del bipartidismo y que, siguiendo con esta tendencia histórica, cuando dejen de serles útiles pagarán a otros para que les hagan el mismo trabajo o, si no funciona, buscarán a otro fascista-populista. 

                Son los mismos que amenazan con irse si el gobierno les “quita” su derecho de pernada y su pase para hacer lo que quieran. Los mismos que presionaron para vender la soberanía del pueblo o quienes facilitaron las cosas para que España bailase al son de los intereses de sus hermanos de casta inglesa, estadounidense o alemana. Esos que silencian a sus asalariados dándoles un sitio en Endesa, Repsol o Telefónica. Esos que quieren vivir tranquilos lejos de las cámaras (que son de su propiedad) y delegan esa presión en sus asalariados, los políticos NO-casta. Los mismos que con su dinero (inversión) deciden quienes sí y quienes no salen en los medios, de que cosas sí se informa y de que cosas no se informa. Son quienes pagan a los atontadores de los tontos (que somos nosotros); quienes pagan y ordenan generar más y más circo mientras se fabrica menos pan. 



¿A quién favorece esta pedagogía equivocada?

                Esto es bastante controvertido. No seré yo quien diga que Pablo Iglesias y Podemos son el eje del mal. Pero hay veces que las equivocaciones de “los nuestros” ponen la alfombra roja a los monstruos de Gramsci. Si la gente de a pie, la gente trabajadora cree que la casta a combatir son los políticos del bipartidismo y obvia, niega o evita pensar en las clases adineradas, mirará al dedo que apunta al cielo. 

                Nos creeremos, por tanto, que las cosas se arreglan con más sistema pero distinto maquillaje. Creeremos que cambiando de caretas, pero no de pagos en B, arreglaremos nuestra situación. Evitaremos por tanto ir a la raíz del problema condenándonos a seguir subyugados y postergados a la caridad para subsistir. Seguiremos sobreviviendo y no viviendo. Habremos hecho, sin saberlo, lo mismo que hicieron quienes creyeron en Primo de Rivera y después se dejaron engatusar por el alzamiento de los Franco, Mola y demás.

                Si seguimos hablando de políticos y no de grandes fortunas, si seguimos hablando desde una óptica de individualismo y consumo en lugar de desde una óptica de colectivo y libertad, si nos centramos en votar mucho en lugar de tener condiciones democráticas para votar, le estamos poniendo una alfombra roja estupenda a los Albert Rivera, Rosa Diez y compañía. Una alfombra roja destacada desde la que ofrecerse a las grandes fortunas para “meternos en vereda” cuando no podamos más y clamemos libertad.

                 Quizá sea rentable en la televisión pero, en política, la pedagogía es fundamental. Si hacemos caso al Gramsci del que se sienten herederos, sin pedagogía real y seria, cambiar la hegemonía para dinamitar el sistema es imposible. Solo conseguiremos reforzarla, es decir, seguir sumidos en esta mierda



 


miércoles, 28 de mayo de 2014

Reflexiones del abstemio durante la fiesta

Karl Marx
Inmanuel Wallerstein



   
















 
             Decía Wallerstein, allá por los locos años 70, que el sistema-mundo en el que nos vemos inmersos está compuesto por dos enmarcaciones fundamentales: un engranaje económico basado en la propiedad privada (capitalismo) y un engranaje de delimitación geográfica de intereses comunes (estados-naciones). Es por tanto fácil de adivinar que para acabar con el sistema, al menos según este autor, es necesario atacar alguno de estos dos marcos fundamentales; cuando no los dos.

                Decía también Marx, allá por otros locos años, esos de mediados del siglo XIX, que con las estructuras del poder (capitalista) no cabía reforma alguna. Que si de verdad se quería acabar con la explotación de los oprimidos (trabajadores) y desheredados (lumpen) no cabía más que destruir las estructuras existentes y crear unas nuevas, propias de los intereses de los trabajadores. Su razón fundamental es que lo perverso de estas organizaciones impide su transformación ya que, la corrupción está en su misma esencia.

                No seré yo quien ponga en duda la intelectualidad de estos dos grandes pensadores y, por tanto, bajo este prisma estas elecciones europeas han sido un fraude sumo. En el discurso de ninguna candidatura, ni siquiera en el imaginario de ninguno de los grupos que después han obtenido representación, aparecen estos conceptos (salvo la tímida excepción de EQUO). No es que esté pidiendo imposibles. Ni creo que se pueda hacer una revolución de verdad en la actualidad, ni creo que las precarias estructuras organizadas de “los de abajo” resistieran una confrontación real con el poder. Sin embargo, con que el tufo postmodernista no se hubiera apoderado de los candidatos me hubiese válido.

¿De verdad eran elecciones europeas?


                Si atendiéramos a lo que se ha hablado durante la campaña electoral, pareciera que no son elecciones al parlamento europeo sino el calentamiento previo a las municipales. El PSOE se ha pasado todo el tiempo expectante de si el muerto terminaba de exhalar el último suspiro o no, y de cómo hacerse con el mejor trozo de carroña para expiar las culpas en una última resurrección que no convence a nadie. El PP mientas tanto intentando hacer el último doble mortal dialéctico para vender que son un partido que no genera miserias sino prosperidad. Más de lo mismo, el mismo bipartidismo rancio y mohino.

                Por parte de la izquierda, PODEMOS arrancó con muchas ganas y fuerza pero, a medida que se acercaban los comicios, cada vez decía menos echando mas purpurina a todo lo que contaba. Una lástima que sinceramente espero sea una simple táctica electoral. Izquierda Unida se dedicó a repetir como un mantra las famosas ciento-setenta-propuestas-para-el-cambio al tiempo que se dejaba el carisma y la garra en el camerino para defenderlas o proponerlas. Es difícil venderse peor. Y, por último, un BILDU que, intentando seguir pareciendo izquierda entre su militancia, y aun a la deriva, va capeando su marejada interna siguiendo el tenue pero renovado faro del impulso independentista-plebiscitario catalán.

                Por parte del fascismo, un poco lo de siempre. España, terrorismo, Ciudadanía, España, ETA, lógica ciudadana, España. Ciudadanía normal, secesión, España, afectados por las hipotecas, gente de bien, España, perroflautas, Ciudadanos, España, gente normal, España, violencia España.

                Con este aburridísimo plantel, el único aliciente han sido el machismo de Cañete (que solo debe molestar cuando lo dice en alto) y la verborrea de Pablo Iglesias que, aprovechando como pocos, los generosos espacios mediáticos que le ceden, arengaba y cabreaba a partes iguales al votante medio. Fuera de las pantallas y los panfletos de las calles Twitter, mucho Twitter. Bueno, hablando en serio: ruido, mucho ruido, con muy pocas nueces.

Hagámonos pajas, hemos ganado


                Pues sí, las pajas están últimamente muy baratas en la izquierda. A más de uno le va a salir tendinitis de tanta celebración. Pero, sin ánimo de ofender las merecidas celebraciones de la candidatura de PODEMOS, no es tiempo de onanismos. Es cierto que la izquierda enrasada a la baja (a la izquierda del PSOE) parece haber sido la gran vencedora de las elecciones encabezada por una arrolladora entrada de PODEMOS en escena. Sin embargo sus resultados son discutibles si se miran con un poco de crítica.

                Para empezar debemos tener en cuenta que ha participado en estas elecciones un 45%, lo que supone 18 millones de votos en juego. Si aceptamos como participación media, la obtenida en las pasadas elecciones generales (71%) nos deja un total aproximado de 9 millones de votos en el aire. Una suma nada despreciable si tenemos en cuenta que el número total de votos que ha obtenido la izquierda con representación es de 3,4 millones.

                Aunque es lógico pensar que todo aquel que iba a votar a PODEMOS, lo haya hecho (por el simple principio de oportunidad) y quien ha votado a LPD lo ha hecho (puesto que es un voto muy fiel), aceptemos que PODEMOS, al ser una candidatura nueva,  puede que su discurso no haya llegado a toda la gente. Aceptemos también que al ser elecciones europeas, parte del voto fiel a IU y EQUO, tampoco ha acudido a las urnas. En el mejor de los casos, de ser una participación equiparable a las elecciones generales, ¿se conseguiría un millón de votos más? ¿Un millón y medio a lo sumo?

                Cuatro millones de votantes, cinco como mucho, en una situación tan grave como la que estamos viviendo es una miseria. Pero no una miseria en términos electoralistas, sino en una miseria para conseguir parar el vendaval que arrasa por la derecha.

El fascismo ya camina solo y con zapatos nuevos

                Por el otro lado tenemos los partidos a la derecha del PP (aunque parezca mentira es posible). Esos partidos que, aunque de corrientes de pensamiento dispares, pueden ser incluido en el genérico extrema derecha o fascismo. Hasta hace no demasiado, estos partidos se incluían en el todo poderoso PP pero, desde hace algunos años, camina en solitario, goza de buena salud y, con ese aire postmoderno donde todo vale, reluce zapatos nuevos.

                Estoy hablando por supuesto de UPyD, Ciudadanos y VOX (entre otros). Cierto es que VOX no ha conseguido representación, pero se ha quedado a tan sólo treinta mil votos de conseguirlo. Entre los tres (y sin sumar el resto de partidos de extrema derecha que se han presentado) suman 1,75 millones de votos. 

                Hay que tener en cuenta que tanto C’s como VOX son formaciones nuevas y que puede que su mensaje no haya llegado a todo su electorado potencial, pero sobretodo hay que tener en cuenta que una parte de la abstención es muy asimilable con discursos populistas, racistas y con grandes determinantes vacíos (democracia, España, estado, paz, libertad, terrorismo, violencia… etc). Tengamos también en cuenta que una parte considerable del potencial votante de extrema derecha se encuentra aún en el PP y que, de seguir la crisis económica tiene una salida probable y lógica hacia estos partidos. (ojo porque el PP ha pasado de 6,5 a 4 millones de votantes entre las anteriores elecciones europeas y estas).

                Sin ser muy tremendista, ¿cuántos votos podrían conseguir entre todos ellos? ¿2,5 millones de votantes? (estimando a la baja la capacidad de seducción de estas formaciones) Estamos hablando de los mejores resultados de IU en toda su historia. Nada despreciable.

¿Y ahora qué?


                 Pues ahora creo que es tiempo de acojonarse un poco y reflexionar un mucho. El fascismo camina suelto, recién engominado, con zapatos nuevos y lustrados sin que nadie esté haciendo algo de verdad por pararle los pies. Si bien es cierto que la irrupción de PODEMOS pudiera ser un bálsamo ante esto, su éxito depende en gran medida de tres cosas: carisma, la cuota mediática de su líder y el discurso de regeneración democrática. Exactamente lo mismo que Ciudadans (Albert Rivera) o UPyD (Rosa Diez). 

                Está claro que estas formaciones no son para nada iguales, nada tienen que ver. Al menos PODEMOS nada tiene que ver con los otros dos. Sin embargo, desde que Pablo Iglesias anunciase su candidatura, la profundidad (y radicalidad) de su abanico argumental ha ido relajándose progresivamente. No estoy poniendo en duda su ideario, pero proyectar el discurso de regeneración democrática y de radical demócrata (burguesa) es tan rentabilista como volátil.

                Que no se me entienda mal. PODEMOS ha conseguido mucho en muy poco tiempo, pero el discurso mediático usado en los últimos meses (en medios de masas, no en la Tuerka o Fort Apache) se fundamenta en determinantes tan vacíos como los que maneja Albert Rivera o Rosa Diez. La gran pregunta es: ¿será capaz la gente de distinguir entre el discurso de izquierda de Pablo Iglesias con el de Albert Rivera? Sinceramente no tengo una respuesta clara ante ello. Lo único que tengo claro es que lo que le soba al fascismo es dinero, o gente con dinero que les apoye. Y eso significa amplios espacios mediáticos y el poder de silenciar a quien quieran.

 
               Lo más destacable de la irrupción de PODEMOS es que han sabido aprovechar algo, creo, evidente. La gente apuesta por formatos discursivos más dinámicos y más agresivos, sobre todo mas agiles con el verbo y la provocación. Creo que se ha terminado el tiempo del debate amable con sonrisa en la boca (sorprendente por cierto la cordialidad Pablo Iglesias-Javier Nart) en los que acabada la contienda las cordialidades entre candidatos son más que evidentes. La gente no quiere formalismos, quiere ser el zapato de Ada Colao estampándose en la cara del bipartidismo. Lo que no parece saber hace IU.               

                No se puede renunciar a un “intachable” pasado euroescéptico como se ha hecho. Recordemos que IU fue la formación que se opuso (en solitario) a la OTAN, a la inclusión en la UE y al tratado de Maastrich (entre otras cosas) a pesar de la presión mediática y fáctica existente. Sin embargo en estas elecciones nos hemos encontrado a un candidato contundente pero de perfil europeísta y a una sindicalista crítica pero suave y conciliadora en sus intervenciones. 

                Para finalizar creo que deberíamos recordar lo que Wallestein y Marx dijeron en su momento para repensar lo hecho y mejorarlo. Claro está que no vamos a asaltar el palacio de invierno, pero, sin fuerza discursiva o profundidad en el argumentario, cavamos nuestra propia tumba. Al fin y al cabo, estamos acostumbrados a identificar el fascismo con Franco: un ser bajito, cabrón y con mala baba que repartía crueldad allí por donde alguien levantaba la cabeza. Se nos olvida sin embargo el origen del fascismo, poco hablamos de Primo de Rivera (mejor en otra entrada). Poco recordamos la capacidad de seducción y motivación colectiva que produce el fascismo. 

                No quiero ser pesimista pero, salvo unamos marketing y profunda carga ideológica en nuestro quehacer político y nuestros discursos, una vez más, sí pasarán.