Otra
noche tras un día improductivo. Otra conversación estúpida donde parece que
haces mucho pero en realidad pierdes el tiempo. Otra vez interactuando con el móvil
en lugar de con personas. Puta rueda que no para. Otra vez la puta rueda. Otra
puta noche de insomnio
Un
nuevo día más en el que tras levantarme temprano se me comió el tiempo en
pensar lo raro que esta el mundo visto desde detrás de mis ojos incrédulos. Un
nuevo día de interactuar con gente que se supone que quiere transformar la sociedad
hacia un mundo en el que ellos mismos no están preparados para vivir. Farsantes.
Otra vez la retahíla de sandeces sobre lo buenos que somos todos pero mientras nuestros
estómagos estén llenos. Ni un ápice de sinceridad, de querer vivir equitativamente
de verdad. Va a ser cierto que todo es relativo y que los sustratos de verdad
radican en las mentiras que nos hacen dormir con nuestra supuesta conciencia
tranquila, pero revolucionaria.
Otro día
en el que no encontré trabajo. En el que la jodida sociedad no tiene un hueco
que hacerme. Se ve que mis manos dejaron de servir y que mi mente a algunos no
les gusta por cómo me sirve. Otro día en el que las cuentas del banco menguan
sin atisbos de recuperarse. Otro día en el que no estudié lo suficiente para
aspirar a una posibilidad de formación con remuneración ridícula en la que ni
siquiera creo. Otro día en el que se me amontonan los pensamientos de que este
mundo es una puta contradicción tras otra en la que todos parecen estar cómodos
y solo a mí me sangran las venas de libertad.
Otro
día de conversaciones intrascendentes y desmotivaciones sobre estimuladas por
los colorines de anuncios que me invitan a comprar cosas que no necesito con
dinero del que no dispongo. Otro día en el que el cajero automático no me deja
comprar algo de estimulación intelectual; el dinero no compra las
conversaciones interesantes ni los besos ardientes. Otro día en el que no he
tocado la piel de otro humano y el único roce que he sentido ha sido fruto de
un frenazo del metro. Otro puto día en el que el móvil y sus mensajes suplen lo
que antes eran relaciones de verdad. Otro día en el que no me distingo tanto de
una planta, se supone que siento pero a este paso empezaré a pensar de qué me
sirve.
Otro día
que se acaba sin verte, sin tocarte, sin hablarte, sin olerte, sin rozarte,
casi sin imaginarte. Otro día que busco tu última conexión al móvil como si
sirviese de algo. Putas máquinas. Otro día en el que no merece la pena ser
humano, si solo la mente funciona y los sentidos no me dicen nada… ¿para qué? Otro
día más en el que solo dialogo con el eco, tiene mejor conversación que la
mayoría. Al menos mas conversación que un móvil y una red social que no me
dicen nada y, cuando me dicen, son cosas que no me interesan ni satisfacen.
Jodido mundo
de mierda que no se acabará en el día de hoy. Me tocará esperar a la puta rueda
de una mañana, machacona, implacable y terca que se empeña revivirme días que
parecen fotocopias. Encima me tocará esperarla despierto.
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