miércoles, 13 de noviembre de 2013

Otra vez la puta rueda




                Otra noche tras un día improductivo. Otra conversación estúpida donde parece que haces mucho pero en realidad pierdes el tiempo. Otra vez interactuando con el móvil en lugar de con personas. Puta rueda que no para. Otra vez la puta rueda. Otra puta noche de insomnio

                Un nuevo día más en el que tras levantarme temprano se me comió el tiempo en pensar lo raro que esta el mundo visto desde detrás de mis ojos incrédulos. Un nuevo día de interactuar con gente que se supone que quiere transformar la sociedad hacia un mundo en el que ellos mismos no están preparados para vivir. Farsantes. Otra vez la retahíla de sandeces sobre lo buenos que somos todos pero mientras nuestros estómagos estén llenos. Ni un ápice de sinceridad, de querer vivir equitativamente de verdad. Va a ser cierto que todo es relativo y que los sustratos de verdad radican en las mentiras que nos hacen dormir con nuestra supuesta conciencia tranquila, pero revolucionaria.

                Otro día en el que no encontré trabajo. En el que la jodida sociedad no tiene un hueco que hacerme. Se ve que mis manos dejaron de servir y que mi mente a algunos no les gusta por cómo me sirve. Otro día en el que las cuentas del banco menguan sin atisbos de recuperarse. Otro día en el que no estudié lo suficiente para aspirar a una posibilidad de formación con remuneración ridícula en la que ni siquiera creo. Otro día en el que se me amontonan los pensamientos de que este mundo es una puta contradicción tras otra en la que todos parecen estar cómodos y solo a mí me sangran las venas de libertad.

                Otro día de conversaciones intrascendentes y desmotivaciones sobre estimuladas por los colorines de anuncios que me invitan a comprar cosas que no necesito con dinero del que no dispongo. Otro día en el que el cajero automático no me deja comprar algo de estimulación intelectual; el dinero no compra las conversaciones interesantes ni los besos ardientes. Otro día en el que no he tocado la piel de otro humano y el único roce que he sentido ha sido fruto de un frenazo del metro. Otro puto día en el que el móvil y sus mensajes suplen lo que antes eran relaciones de verdad. Otro día en el que no me distingo tanto de una planta, se supone que siento pero a este paso empezaré a pensar de qué me sirve. 

                Otro día que se acaba sin verte, sin tocarte, sin hablarte, sin olerte, sin rozarte, casi sin imaginarte. Otro día que busco tu última conexión al móvil como si sirviese de algo. Putas máquinas. Otro día en el que no merece la pena ser humano, si solo la mente funciona y los sentidos no me dicen nada… ¿para qué? Otro día más en el que solo dialogo con el eco, tiene mejor conversación que la mayoría. Al menos mas conversación que un móvil y una red social que no me dicen nada y, cuando me dicen, son cosas que no me interesan ni satisfacen.

                Jodido mundo de mierda que no se acabará en el día de hoy. Me tocará esperar a la puta rueda de una mañana, machacona, implacable y terca que se empeña revivirme días que parecen fotocopias. Encima me tocará esperarla despierto.

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