martes, 30 de abril de 2013

Los cambios de régimen no se hacen, se piden



                A veces las prisas no son buenas pero, como dijo una vez Pablo Iglesias en una charla, me empieza a apetecer tener sexo en la primera cita y no estar demasiado tiempo mareando la perdiz para nada. Algo así nos ocurre a muchos activistas (palabra que odio por cierto) comenzamos a perder la paciencia aunque, analizando las cosas racionalmente, somos conscientes de que los procesos ocurren cuando ocurren y no antes por mucho que se fuercen. 

                En mi caso, siendo sincero, durante mucho tiempo me he enfrentado a marxistas ortodoxos y acérrimos de la “pedagogía política” que aseguran que el proceso de transformación social tardará varias generaciones en llegar. Yo no tengo varias generaciones, no por falta de paciencia o de años por cumplir (tengo 26 años), si no por necesidades casi inmediatas que surgen en mi entorno. Sin embargo, en las últimas semanas noto como otro sector comienza a decir que es el momento de abordar la vía institucional para ocupar un espacio partidista desocupado actualmente por el trasnochado elenco de partidos existente. Entre ambos, cómo no, hay otro grupo minoritario que continúa en ese ridículo entrismo que pretende que entrando en las bases de los partidos o sindicatos transformarlos desde dentro para que sirvan como herramienta de cambio. Supongo que la verdad/realidad no se encuentra totalmente en ninguno de los grupos mencionados y que todos, en su medida, algo de razón llevan, sin embargo, como no podía ser de otra manera yo no abogo por ninguna de las dos vías.

miércoles, 10 de abril de 2013

Duelos



 

               Los duelos son en medicina y psicología esos procesos por los cuales las personas superan ciertos acontecimientos graves y de pérdida que le producen un shock o trauma en la vida. Estos traumas dependen mucho de cada persona, pueden ser cosas buenas como tener un hijo o malas como perder un ser querido. En otras ocasiones el proceso no es tan traumático a ojos de otras personas pero para uno mismo si es algo difícil de superar pues importan mucho emocionalmente: una ruptura amorosa, la pérdida de un trabajo, un fracaso personal o el cambio de residencia a otro país. Se supone que lo natural y no patológico es que estos procesos duren un año o año y medio porque la psicología clásica dice que si no se completa el duelo en ese periodo se puede entrar en procesos depresivos o ansiosos. Se supone…

martes, 9 de abril de 2013

Capitalismo y estado, una breve historieta



                Ayer se murió Margaret Tatcher, una lástima que esta noticia tardase 30 años en producirse porque si se hubiera muerto hace unos cuantos años tampoco hubiera pasado nada. Cierto es que hubieran puesto a otro títere en su lugar, pero mira una hija de puta menos oye. Lo que más me preocupa no es que se haya muerto (ya ves tú lo que me importaba la vida de esa señora) lo que me molesta es la ignorancia política de la gente y la cara de horror que te pone cuando te alegras de que se muera. Debe ser delito alegrarse de la muerte de una señora con las manos manchadas de la sangre de mucha otra gente y que además fue una de las principales figuras en el impulso del neoliberalismo en Europa. Así con todo hoy he decidido no hablar de la vida de esta malnacida (que para eso ya están TODAS las televisiones del eje derecha-capitalismo, si la sexta incluida) y me he decidido a explicar la socialdemocracia y relación capitalismo-estado a través de la historia, ya ves… es lo que tiene tener tiempo libre. Por cierto también me alegro de que se muriese una de las mayores propagandistas del régimen franquista y del machismo en la mujer: Sara Montiel.
                
                La socialdemocracia o pacto social no es más que un invento capitalista para calmar unas masas obreras que durante mucho tiempo pusieron en juego el estatus existente. Era algo así como la Pax Augusta, que no haya grandes revueltas internas para que yo siga matando y arrasando allende las fronteras. Por ello, durante casi cuarenta años, justo después de la II Guerra Mundial, los trabajadores y trabajadoras europeas disfrutaron de unos derechos (extremadamente limitados) que se les vendieron como conquistas sociales pero que no eran más que concesiones para apaciguar la virulencia del socialismo o lucha obrera. Pero para entenderlo mejor revisemos un poco la historia (muy resumida) de la relación capitalismo-estado.