jueves, 12 de diciembre de 2013

Hablemos un poquito de dolor



        Durante muchos años se pensó que era el sol quien giraba alrededor de la tierra, sin embargo, finalmente la racionalidad, que en occidente llamamos ciencia, se impuso y demostró (no sin complicaciones) que era justamente al revés. Con el dolor pasa algo parecido. Diariamente tenemos experiencias dolorosas y sensitivas que hacen que creamos que dolor es igual a daño, del mismo modo que cuando miramos al cielo nocturno creemos que son las estrellas las que se mueven. En los últimos años la neurociencia está ayudándonos a clarificar un poco como se produce esa sensación dolorosa. Trataré de hacer, de forma breve, una pequeña introducción a estos conceptos.

              Aviso de antemano que puede derribar ciertas creencias de mucha gente y su forma de entender su enfermedad, por tanto, quiero dejar claro que lo que voy a explicar no es ningún juicio de valor, es ciencia. Puede que con los años se demuestre que se equivocaban en la interpretación de estas investigaciones, sin embargo, hay más veracidad en la ciencia que fuera de ella.


         1.- La interpretación y la atención

         El dolor es fundamentalmente una interpretación del cerebro (NO DE LA PERSONA NI DE SU PSICOLOGÍA). Me explicaré a continuación.



        Imaginemos que cortando queso me rebano un dedo. Clásicamente (dolor Nociceptivo) creemos que existe una neurona ubicada en mi mano que transmite una señal dolorosa a mi cerebro y, éste, la hace consciente para que YO me proteja del dolor (próximamente hablaré de la diferencia entre YO-CEREBRO-MENTE; sí, son tres cosas completamente distintas). Esto no es cierto, el cuerpo humano no funciona así.

         Existe multitud de neuronas (receptores) ubicados en mi mano que transmiten al mi cerebro una serie de informaciones. Estas informaciones hablan de la posición de mi dedo y mi mano, de la situación química de los tejidos afectados, del estimulo mecánico sufrido (el corte) y un largo etcétera. En mi cerebro llegan a una zona (hipotálamo) donde se analiza (muy complejo de explicar, otro día hablaremos de ello) y, en función de la interpretación, se hace consciente… o no.
  • Pongamos un ejemplo: ¿Por qué esta mujer no sintió dolor?

        Clásicamente nos hablan de que tras un “subidón” de adrenalina podemos aguantar mejor el dolor. Esto es cierto y no es cierto a la vez. Podemos pensar que en este caso la adrenalina jugó un papel importante ya que el miedo que sintió fue enorme. Sin embargo, su cerebro tenía algo más importante donde poner su ATENCIÓN: salvar la vida.

         Esto lo vemos en los surfistas a los que les muerde un tiburón en Australia. La mayoría no sienten dolor (salvo que vean previamente al tiburón) pese a haberles amputado un brazo o una pierna. Tan solo sienten un tirón y creen que han chocado contra algo. Una vez buscan su tabla y notan que les falta un miembro SON CONSCIENTES del trauma y les duele. Esto es debido a que su cerebro está mas pendiente de no perder el equilibrio y caerse al agua que de otras informaciones de su cuerpo. Es decir, los procesos de atención son imprescindibles para sentir dolor.

         Dicho campechanamente, sirve para entender porque se siente dolor cuando no se hace nada y, como, realizando actividades estimulantes (no demasiado) que precisen concentración podemos abstraernos del dolor y con las actividades mecánicas y repetitivas no. Ojo esto no es universal ni aplicable a todo el mundo. El proceso es mucho más complejo.

             2- Las creencias

 

        Al igual que la atención, las creencias, la cultura, la religión o lo que aprendemos influye de forma determinante. Pongamos un ejemplo usado por Rubén Tovar en su recomendable blog http://rubentovar.fisioterapiasinred.com/:

"Durante la II Guerra Mundial observaron en los hospitales que ante el mismo tipo de lesiones, los ciudadanos solicitaban morfina 3 veces más que los soldados que venían con heridas de la guerra. La conclusiones ante ese hecho eran las diferencias en cómo se vivenciaba la situación. Para cualquier persona una lesión iba asociado a incapacidad de trabajar, suspender proyectos de vida, etc., sin embargo, para los soldados que estaban en el frente, tener una herida era sinónimo de sobrevivir a la guerra, suponía poder retirarse del frente y volver a casa, así que el dolor que experimentaban era mucho menor"

         Esto nos habla de lo importante que es la educación sanitaria (información) de los pacientes. De por qué los profesionales sanitarios causamos dolor con lo que decimos. Cuando le decimos a alguien ¡Menuda artrosis tiene usted! (la artrosis no duele por sí misma, hablaremos de ello) ¡Madre mía! ¡Pero ha visto esta resonancia! No sé cómo puede andar, en unos años tendremos que operarla y otros muchos ejemplos que de sobra conocéis. Estamos dando una explicación no real del dolor y, sin darnos cuenta, FABRICAMOS una percepción de dolor (por aprendizaje) que no tendría por qué ocurrir.

           3.- La propiocepción

 


        Este aprendizaje no es exclusivo cuando hablamos. El cuerpo aprende muchas cosas a través del movimiento y la posición: andar, conducir, comer… etc. Es el sentido de la propiocepción (otro sentido como el gusto, visión, olfato, oído o tacto). Este sentido es muy importante para la asimilación del dolor y, unido al aprendizaje, permite a los fisioterapeutas y neurólogos tratar el dolor de un modo muy diferente al que estamos acostumbrados.

            Esto que puede parecer magia, está basado en conceptos científicos sobre cómo funciona nuestro cerebro y cuerpo. En este video os presento el experimento de la mano de goma. En el video aparece un poco peliculero y, en realidad cuesta un poco mas hacer que los individuos expuestos sientan dolor al golpear la mano de goma. De todas formas es un buen ejemplo.


           Esto es todo por hoy. Espero no ofender a nadie explicando estas cosas. Solo pretendo dar otra visión sobre el dolor que está funcionando en la clínica diaria de muchos profesionales. Esto no quiere decir que otros profesionales estén equivocados, el conocimiento es una herramienta poderosa y, todos los profesionales, nos basamos en conocimientos, aunque no sean siempre los mismos. Esto tampoco es mágico ni se consiguen resultados de un día para otro. Son procesos duros y complicados que no siempre funcionan (como ninguna terapia) y que dependen de demasiados factores.

          Otro día hablaré de las neuronas espejo. Mientras tanto os dejo un enlace del grandísimo científico, el Dr. Ramachán.


http://www.youtube.com/watch?v=5G5hoZ9Bvaghttp://www.youtube.com/watch?v=5G5hoZ9Bvag


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