jueves, 26 de diciembre de 2013

La jugada Aznar-Aguirre




La jugada de Esperanza Aguirre (me atrevería decir que Aznar también) se completa. Meter a Gallardon como Ministro de justicia (cosa no muy lógica a priori) supone hacerle tragar ruedas de molino. En un PP en plena fractura interna, la esperada ley del aborto por la derecha católica y la franquista era más que necesaria para mantener cohesionado el partido. El marrón solo podía vehiculizarse o por el Ministerio de Salud (y ponte tu a justificarlo) o por el de Justicia. Gallardón era el grano en el culo perfecto para hacerse un 2x1 magistral.

Lo que estamos viendo ahora no deja de ser el posicionamiento de neoliberales (que se quedarán con el poder) y los fachas - católicos. Los católicos no pueden entender un pais sin caridad, la necesitan para lavar sus conciencias. Los fachas les pasan lo mismo pero además, necesitan el carnet de blanco, caucásico, español y católico. Pero ninguno de los dos puede entender un mínimo progresismo de la mujer. Se opusieron al divorcio (era cómodo irse de putas y tener chacha en casa sin que haya que pagarla), se opusieron a la inclusión de la mujer en el mercado laboral de pleno derecho (pues el divorcio podía ser efectivo) y se oponen al aborto... ¿acaso la mujer va a ser dueña de su cuerpo? ¡Qué disparate!

Por contra neoliberales (o dinerofílicos) solo les importa la pasta y la inversión. Dicho de otro modo, parasitar de los trabajadores para vivir mejor que quien les mantiene. A ellos se la suda si las mujeres abortan, las que trabajan son ellas o el idioma que hablen. Solo quieren siervos sociales que les hagan mantener su estatus de oligarcas nacionales.

Desde el final de la dictadura las derechas se han mantenido cohesionadas. En un país con melancolía de república y ansias de "progresismo" europeo que olía a rojo desteñido, ser de derechas era lo peor. Pero... ¿Y lo que une la pasta? Unidos, los de derecha se llevaban mayoritariamente el voto de quienes se sienten mejor que los demás y creen que deben tener un sueldo desorbitadamente mayor que sus convecinos (hoy llamados emprendedores), se mantenían vivos en política en buena posición para que todo siguiera atado y bien atado, es decir, para que gobernaran cuanto antes. Entonces llego Aznar (el último revolucionario español) y no solo consiguió normalizar la derecha, sino también a los fachas más rancios.




 
Diez años después, cuando el país ya no huele ni a rojo clarito ni a rosa palo desteñido, las posibilidades se multiplican. Por un lado, a los fachas duros (de momento solo han fugado los tímidos) se les ha abierto un partido político donde militar: UPyD. A los fachas buenrollistas (buen rollo mientras no haya contestación social) se les ha ofrecido otro: Ciudadans. Pero no es suficiente. ¿Qué hacemos con los fachas, fachacatólicos y los liberalcatólicos? Complicado.

Complicado porque los neoliberales (que saben de política de mercado) quieren quedarse con el símbolo de marca que supone las siglas PP. Pero en su modelo de país-empresa no puede haber caridad (cuesta pasta) ni iglesia (cuesta pasta) y mucho menos forma alguna de subvenciones ONG para suplir al estado (cuestan pasta). Saben que implementar este modelo será complicado pero tienen a su favor la UE (que está diseñada precisamente para esto) y la filosofía emprendedora, que ya nos han metido por los ojos. Lo difícil, sin embargo, será quitarse de encima a quienes tienen en mente modelos en los que un mínimo estado es necesario.
 
De momento lo que vemos es un frente de posiciones dentro del partido. La escusa perfecta para crear brecha interna. Nuevamente la derecha nos da lecciones de maniobra política a los de izquierda, apoyándose en el centro izquierda y con el impulso de la izquierda del país, girarán aún más a la derecha sin moverse de su partido. Dicho de otro modo, lavarán su cara, se venderán como progres etiquetando a los Gallardón de extrema derecha; cuando en realidad es casi más bien al revés.



Para muchos todo esto no es nada nuevo. El camino emprendido por el Tatcher español (Aznar) es implacable y mientras no hagamos nada continuará con rumbo fijo. Lo nuevo y angustioso es preguntarse qué pasará con los desheredados. Por un lado los fachas, necesitan un estado fuerte para implementar sus políticas pero, en un contexto UE (neoliberalismo extremo) tienen difícil sus maniobras políticas clásicas (terror). Por otro lado, los católicos se acostumbraron durante el fascismo español a que su pensamiento medieval fuese filosofía de estado, su propia versión del sentido común. ¿Veremos un resurgir del movimiento nacional? ¿Se les brindará una salida hacia nuevo partido o les valdrán los UPyD-Ciudadans?

Personalmente creo que solo hay dos salidas probables: o los neoliberales renunciarán al PP y migrarán hacia Ciudadans; o los facha-católicos migrarán hacia UPyD. Lo único que debemos tener claro es que esto tardará en producirse. El escenario ideal de los neoliberales tardará en implantarse y, mientras tanto, les bastará con el juego de posiciones interno.

Hasta que ese momento llegue... ¿Qué cojones piensa hacer la izquierda?



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