miércoles, 26 de enero de 2011

Sovittaa ovat itsenäisiä (reconciliarse con uno mismo)



Cuando eres pequeño, casi antes de saber que eres algo en el mundo comienzas a aprender. Al principio son sonidos palabras… pequeñas cosas. Te enseñan que esto es azul, eso rojo, eso es un gatito… ¿Cómo llevarles la contraria? Más adelante ya te planteas el mundo que te rodea y recurres a las personas que crees lo saben todo: tus padres. En algunos casos, como el mío, llegando a ser terriblemente pesado. El clásico niño por qué. Supongo que en mi caso mi padre se hartó pronto de satisfacer mi enorme curiosidad porque una de las cosas que recuerdo de mi infancia es que me enseño el uso de una vieja enciclopedia. Al fin había un sitio donde casi todas las respuestas tenían contestación (aunque era un autentico coñazo recurrir a ella). Poco después me planté en esa demencia senil temporal llamada adolescencia donde crees que nadie te entiende, que todas las respuestas a las preguntas que te haces son deprimentes y por su puesto crees que tus padres no tienen ni idea de nada. Y entonces empiezas a elaborar tus propias teorías sobre todo el mundo que te rodea y a intentar (ineficazmente) pensar como un adulto.

De pronto y antes de lo que te esperas llegas a bachiller y empiezas a tener que tomar decisiones simples pero que por primera vez afectarán realmente a tu vida: estudio o no, voy a la universidad o a un módulo, aprendo un oficio, ciencias o letras…etc. Al tiempo, claro está, cosas que tenias como lógicas dejan de serlo. En mi caso, por ejemplo, un genial profesor de filosofía (tristemente fallecido hace poco tiempo) el profesor Dueñas nos retaba a preguntarnos sobre la realidad y sus porqués. ¿Acaso esta silla es real? ¿Es lo que veo, o lo que me dicen cierto? Otros, como mi profesor de física, empezaban a decirnos que las matemáticas, eso que se nos vendía como algo seguro, científico, la verdad absoluta ya no lo era tanto: había llegado la física cuántica. Y por primera vez entendí realmente lo que es ciencia: una mera suposición de la realidad.

Con todo este batiburrillo de ideas, las hormonas aún revolucionadas y la esperada pero impuesta adultez llegas a la universidad y allí todo es diferente. Tus profesores ya no son simples maestros o licenciados, son doctores o expertos en el tema (si tienes suerte) o profesores que saben mucho de la materia y han hecho muchos méritos para estar allí (si no la tienes). De pronto todo ese relativismo, toda esa invitación a pensar, esa exaltación de las capacidades intelectuales y de la curiosidad más ferviente se da de golpe con el conocimiento: esto es así porque yo soy el que sabe y punto. Por supuesto que los profesores te invitan a reflexionar (las preguntas que quieren que les hagas) y fomentan la participación en clase (siempre y cuando le hagas preguntas a su juicio “razonables”)



Más tarde superas las barreras de la pura teoría y te sumerges de lleno en la vida prelaboral, comienzas las prácticas. Allí te encuentras que la gente no solo es experta en la materia sino que te argumentan que ellos saben aún más que tus profesores porque ellos trabajan diariamente con pacientes mientras que los otros “hace años que perdieron mano”. La mejor parte de esto es que por primera vez empiezan a tratarte como un igual, como un adulto. Comprenden perfectamente que tengas dudas y que te equivoques, lo que te da mucha confianza hasta que llega la fatídica pregunta: ¿POR QUÉ?

Unas veces porque no hay tiempo y les retrasas, otras porque en ese momento están haciendo algo mas importante y otras simplemente “porque esto es así”  acabas callándote muchas de las cosas que piensas o que se te ocurren. Dejas de utilizar tu imaginación y tu lógica para encajonarla y adaptarla a lo que se espera de ti: que trabajes sin cobrar. Lo más que puedes conseguir es una carcajada del que escucha o un… eso es imposible. Cuando por fin consigues terminar tus estudios eres un recién diplomado con un montón de conocimientos que unos sabios te han metido en la cabeza y otros, más resabidos aún, han conseguido que automatices a base de hacer su trabajo.

Osoittaa itse  (Demostrar lo que vales)


                Ya has conseguido tu primer empleo y estás exultante. Es el momento de la verdad dónde tienes que darlo todo y ser el mejor profesional en tu campo (como te han enseñado antes) hasta que te topas con tus compañeros. En pocos días tienes que demostrar que estas a la altura y que eres capaz de sacar el trabajo adelante. Los pacientes pasan de ser tu objetivo único y fundamental a ser esa cosa que entorpece tu labor cada vez que habla, la que te entretiene y no te deja terminar de hacer la tarea al mismo tiempo que tus compañeros, que lógicamente, te “esperan” tomándose un café a risotada limpia. En el fondo te ayudan “así coges el ritmo, pero si necesitas algo pide ayuda” dicen, otras veces para consolarte: “si dudas de algo ¡LO QUE SEA! Pregunta y NO LA CAGUES y por supuesto hazlo como mejor te parezca pero NO TOQUES MIS PACIENTES… no sea que me mates a alguien” (esto no te lo dicen pero lo piensan). Vuelves a casa y lloras.

                La única forma de sobrevivir es imitando el comportamiento de la manada de profesionales expertos y con mano curtida y a poder ser no plantearte demasiadas cosas, o al menos solo las que son lógicas plantearse. Con el paso de los días, cuando descubres que no es para tanto y que puedes hacer “el trabajo”, empiezas a plantearte cosas a introducir modificaciones en tus rutinas y a pensar en la rutina general volviendo, de nuevo, al fatídico punto: ¿Por qué? Otra vez y para decepción tuya vuelves a darte de bruces con las risas, caras de estupor o de incredulidad del que te oye (que no escucha). ¿Cuántas buenas preguntas se quedan en este proceso? ¿Cuántas ideas autocensuradas no nos planteamos? ¿Cuántas veces hacemos las cosas sin saber realmente porque las hacemos? ¿Y si están mal lo que comúnmente se hace?
                - Los expertos dicen que esto es así
                - Te aseguro que Newton era un experto y sus matemáticas no funcionan en todos los sitios
                - Pero es que la ciencia dice que esto es así, está demostrado
                - La ciencia demuestra unas suposiciones a la espera de otras mejores
                - Que cosas más raras dices

                
 Uima alkupään (Nadar contracorriente)


                He de confesar que he sido muy tocapelotas, muy preguntón, siempre con el por qué en la boca. Aún callado sin decir nada casi siempre me he preguntado el porqué de la mayoría de las cosas, pero también me he autocensurado. Muchas preguntas que en su día me surgieron las deseché al instante por considerarlas estúpidas. ¿Cómo negar la realidad? ¿Por qué va estar todo el mundo equivocado? Nadar contracorriente es muy difícil, muchísimo. Tener una forma de pensar completamente distinta a la mayoría desgasta, quema, te consume por dentro. Dan ganas de dejarlo todo y dedicarte a algún trabajo monótono en el que no se pueda pensar mucho, solo por descansar: nadie te entiende. Los más allegados, tu familia lo intenta, pero sin conocimientos sobre salud… ¿cómo van a entender realmente la esencia de tus inquietudes? Por supuesto no digo que tenga la razón en todo, ni que sea un erudito. La mayoría de mis preguntas fueron tonterías sin sentido pero que por alguna razón me parecieron importantes en su momento (hoy ya he empezado a replantearme muchas de ellas). Solo pretendo dar a conocer que otro mundo, otra visión, otra forma de ver las cosas es posible y planteárselo en beneficioso para todos.
               
                Aún recuerdo el día que un compañero se cabreo mucho conmigo cuando le dije que yo no quería una plaza de funcionario y que me parecía un retraso para la profesión y un estorbo para el país. “¿Pero te estás escuchando las tonterías que dices? Medio país opositando, otro medio deseando poder pillar una plaza fija… ¿y tú no la quieres? ¡No me hagas reír! O el día que tome la decisión de no usar unas camas por no ser estas seguras… mi jefa echaba humo por las orejas cuando se enteró.  Por suerte por el camino encuentras algún profesional  que fue como tú pero se rindió y terminó “institucionalizándose” y te dice, en palabras de un genio como Henry Ford (inventor de la cadena de montaje y las piezas estándar), algo que no consuela demasiado pero ayuda.

 
                - Si hubiera preguntado a mis vecinos que querían- decía el señor Ford- éstos me habrían dicho que un caballo más rápido.


                Durante los 3 años de carrera (sobre todos los dos últimos) y otros casi cuatro de profesión me he sentido como un loco. Muchas veces me he autoconvencido que pensar de otra forma era erróneo porque todo mi mundo pensaba diferente (salvo algún que otro “freakyfisio” desviado xD). Hoy puedo decir que he visto otra forma de ver la sanidad. En concreto hoy he visto con mis propios ojos la respuesta que esperaba a una pregunta que hice más de una vez y la respuesta a otra que jamás me atreví a preguntar. Por supuesto no he encontrado la panacea, ni la solución para los males del mundo, pero si una visión alternativa. Quizá sea una tontería pero es algo bastante esperanzador para alguien acostumbrado a que le miren como un loco cuando dice lo q piensa.

No digo que los finlandeses sean mejores o hagan las cosas mejor que nosotros, solo digo y estoy orgullosísimo de poder decirlo: otra forma de hacer las cosas es posible, otra fisioterapia es posible, otra enfermería por supuesto es posible, en definitiva otra visión del mundo sanitario es posible. Y lo mejor: viable.

5 comentarios:

  1. Perdonad por una entrada tan larga y una redacción tan seria pero... era algo que necesitaba decir

    ResponderEliminar
  2. Ya ves....nos has dejado a cuadros....segun mi madre: "eres un relatador genial y tienes una fluidez verbal....Dios...impresionante. Y un amplio vocabulario....desde luego"(palabras textuales).

    Bueno a mi cmo me has dejado a cuadros no tengo mucho que decir....excepto...¿Qué narices es eso que has visto o has experimentado para encontrar la respuesta a alguna que otra pregunta clave en tu vida? Porqué vamos....me has tenido leyendo aqui 15 minutos y todavía no lo sé...así que ya me lo estas diciendo listillooo!!!!xssss

    ResponderEliminar
  3. Bueno pues nada muchas gracias Maribel y sobre todo dale las gracias a tu madre. Respecto a lo que me encontrado... lo ireis viendo. No quiero pretendo que os hagais las mismas preguntas que yo, prefiero ir contandoos paulatinamente todo lo que me llama la atención y ligarlo con la forma de vivir finlndesa. Otra cosa es que lo consiga claro...

    ResponderEliminar
  4. Cosas cómo éstas son las que me han enseñado y me siguen enseñando tanto Asier; no sabes cómo estoy de agradecida por haber aprendido(por ti) a no conformarme más aún de lo que no me conformaba antes. Desde que te conozco llevo a un pequeño Asier dentro de mi y te aseguro que no se irá, pero de vez en cuando necesitaré de tus consejos, tus opiniones y tus visiones.
    Ya sabes que el alumno que levantó la mano fue tonto hasta que el profesor resolvió su duda, el resto de la clase fue tonta para siempre...
    Un abrazo enorme vasko de mierda!
    Arriba frikifisio! :D
    Abueeela!

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias albita, me puesto rojismo en serio. Sabes que no te lo digo por pelotear pero eres de las peronas que mas me han enseñado, de las que he aprendido muchisimo. Creo que si pusieses tus pensamientos e un blog todos aprenderiamos la tira.
    Me ha encantado tu frase pero le añadiría un detalle, "luego hubo otro alumno que oyendo la respuesta primera volvió hacer la misma pregunta a otro profesor y lleno de curiosidad se planeto llegar a la respuesta por si mismo y quedarse con la mejor de las tres"

    Sabes que te quiero con locura awelaca...arriba frikifisio xD

    ResponderEliminar