lunes, 23 de mayo de 2011

Desilusión


                Me encuentro ahora en el mismo punto pero en dirección contraria respecto a  mi post anterior. Metido en un tren encamino el largo trayecto de vuelta a casa desde Rovaniemi. Es realmente curioso que todo sea realmente opuesto. Hace solo dos días estaba entusiasmado, excitado ante la posibilidad de un futuro alentador y me moría de ganas de conocer al detalle lo que ocurría tres mil kilómetros al suroeste. Hoy, sin embargo, el sentimiento es diferente. Sigo aislado del mundo y apenas sé qué ha ocurrido en el país pero, esta vez, tengo bastante miedo a saberlo, me asusta conocer la realidad. Me debato en una mezcla de temor, desolación y sabor agridulce en el paladar. Un regusto amargo de quien distraído en su nube de optimismo ha madurado el caramelo y al desgastar su dulce cobertura saborea un relleno áspero y sombrío.

                Es curioso el simbolismo, cómo todo parece concordar. En mi defensa diré que los trenes siempre me evocan un aire melancólico y algo romántico presto a desgastarme las huellas dactilares en el teclado y que el sonido mustio de Placebo tampoco ayuda. Al venir hacia aquí me encontraba en el vagón que los finlandeses dedican a los niños, no quedaba más sitio, y allí todo era actividad. Las risas y gritos plagaban el lugar con la frenética actividad de unas mentes libres y despreocupadas que descubren el mundo. Al volver, cosas del destino, estoy rodeado de la versión finesa de lo que pudiera ser nuestra generación ni-ni. Chavales de mi edad que botella en mano desgastan las tediosas horas de viaje entre confidencias, alcohol y juegos postadolescentes. Con esto no quiero decir que haya envejecido veinte años en dos días y me moleste, ni que estén haciendo algo malo: son símbolos, y los símbolos importan demasiado.

                Quizá sea atrevido decirlo, puesto que apenas he tenido contacto con la prensa este fin de semana, pero me atrevería a decir que el movimiento del 15-M se ha convertido en un símbolo para muchos, al menos en un símbolo para mí y eso es peligroso. Los símbolos son fácilmente reconvertibles, usables y utilizables como arma arrojadiza de unos y otros en beneficio de terceros que enturbian el propósito inicial. Así pues, me imagino que pase lo que pase esta noche en las elecciones aquel que gane, he incluso el que pierda adecuará su discurso en favor de los demandantes. Una falsa concesión, de cara a la galería, para ganarse el favor de una descontenta población y encarar de mejor grado las elecciones generales del próximo año. Será fácil pues ver como algunos diputados debaten en el parlamento discutir o aprobar una u otra ley que será retrasmitida por todos los medios de desinformación y cuando estos desenchufen las cámaras y micrófonos fabricarán su entramada red de reglamentaciones que impida su funcionalidad. Como ya dijo el conde de Romanones: “Tu haz la ley que ya hago yo el reglamento.”

                Y tranquilos, no me ha dado una embolia cerebral, ni he sido lobotomizado y tampoco sufro de bipolaridad que yo sepa, simplemente nada más llegar a Rovaniemi sufrí un golpe de realidad. Tampoco negaré que me hacía falta. En cierta forma cuando escribí mi post anterior solo está viendo una parte de la realidad que me rodeaba. El borreguismo, la generación ni-ni y los canis seguirán existiendo después del 15-M. Era muy bonito ver a todos esos esperanzados y descontentos en las calles de Madrid o Barcelona protestando. Ver a todos los jóvenes que me rodean en mi Erasmus preocupados e ilusionados al mismo tiempo. Darme cuenta a las doce de la madrugada que llevaba casi seis horas rastreando Twitter y prensa en stream en busca de noticias de última hora. Podría decir que es hasta precioso ver como jóvenes extranjeros, preocupados, te preguntan por el desarrollo de los acontecimientos. Pero lo bueno dura poco. Al llegar a mi ciudad de destino, allá por el paralelo del círculo polar ártico me encontré con un grupo de estudiantes españoles jugando al póker. Era una imagen tan sarcástica que parecía de broma. Cuando llegué a la residencia donde debía alojarme para pasar esa noche me encontré tres ordenadores conectados a internet a escasos dos metros de los participantes en la timba. En el lado opuesto, una cocina donde había más mierda que útiles de cocina  y a su lado una televisión. En uno de los ordenadores se podía leer la portada del Marca y una pestaña del Tuenti. En el otro estaba el foro más que coches y el As. Y en el tercero seriesyonkis descargado una de las temporadas de mujeres desesperadas. En la televisión y con el sonido silenciado la BBC cubriendo la noticia del director del FMI. Al preguntarles porque estaban viendo la BBC me contestaron que realmente no la veían, que era el único canal junto con la MTV en inglés que se veía bien. Y que en la MTV estaban dando un especial de hip-hop.

                Yo exaltado ardiendo en deseos de conocer la realidad en el país les pregunté por lo que había ocurrido pues tanta desidia solo podía ser fruto de que todo los esfuerzos habían sido en vano. Nada más lejos de la realidad: no se habían enterado. Un par de ellos me contestó: ¡Ah sí! Unos que se han manifestado o algo ¿no? Bah sin más nano… ¿un póker? Tan solo un francés que por allí había de origen árabe, el cual por cierto había aprendido a hablar castellano forzado por los que le rodeaban, conocía realmente de que se trataba. No voy a negar que insistiera un poco, no podía creer que les diera igual todo eso, pero sí que se lo daba. Mi golpe de realidad había llegado. No solo se la sudaba literalmente sino que en sus palabras la gente seguiría votando lo mismo, que nada cambiaría y que si cambiaba en la práctica todo sería como antes. El borreguismo no había muerto, más bien seguía ahí enquistado. Por lo que me contaron básicamente el bipartidismo les parecía bien y normal, acabar la carrera haciendo lo menos posible y tener un trabajo donde se pague mucho se haga poco y se piense menos.

                Era increíble una conversación de locos. Quizá sea demasiado intransigente, puede ser,  pero me dieron ganas de gritar cuando al preguntarles por el gran hermano me contaron algo de una que se le había visto una teta en la nueva edición de la isla de los famosos (ni idea) del posible record de goles de Cristiano Ronaldo. ¿Cómo no podían haberse enterado de lo otro? No lo vamos a negar este país tiene desde siempre en la historia un enorme acelerador contrarrestado por un freno hidráulico brutal. En un país con una tremenda historia de genialidad desde Dalí a Zorrilla, Servet u Ortega y Gasset y un sinfín de frenos tanto políticos como sociales que prefiero no mentar para no herir sensibilidades pero que todos conocéis. Hoy en día por triste que sea es una realidad que todos hemos oído al “Lacasitos” encumbrándole a las alturas de la fama y no sabemos casi quienes son los instigadores de esta iniciativa popular.

                Si el movimiento sobrevive y consigue no subyugar tendrá que enfrentarse con esta realidad de ovejas que prefieren no berrear y estabularse en lugar de corretear libres. Gentes que no es que no tengan curiosidad es que no saben ni como se escribe ni les preocupa. Que lo máximo que han leído es el Marca no sin dificultad o sus inquietudes no van más allá de la nueva edición de gran hermano o del próximo miércoles de Champions League. Esta también es parte de la juventud de nuestros días. Si proponemos una verdadera revolución sociocultural… ¿Donde incluimos a estos ni-nis que su último esfuerzo intelectual fue debatir si lo de Pepe fue roja o no? No es cuestión de ser clasista ni pseudo nazi haciendo una selección de lo que vale y de lo que no, es una cuestión de realidad. Tenemos una gran juventud y sociedad. Gente tremendamente inquieta y preparada con ansias de cambio y argumentos de sobra para hacerse oír aquí y allá pero por otro lado tenemos demasiados subproductos institucionalizados.

                Esta noche de tren no hacen más que llegarme flases de un libro que me regalo una persona importantísima para mí: un mundo feliz. En esta novela la gente renunciaba a prácticamente toda la realidad humana con tal de entrar en un estado permanente de pseudofelicidad. Regado con algo de “soma” (la droga de la novela) toda frustración era sofocada. ¿Si cambiamos soma por fútbol y telebasura? ¿O por créditos rápidos? O mejor… por cómprelo ahora y pague el año que viene. Ahora más que nunca me viene a la cabeza una viñeta de Forges en la que aparecían dos madres en el supermercado y una le decía a la otra que prefería una marca de leche porque tenía calcio para los huesos de sus hijos.

                En resumen esta noche las preguntas que se me amontonan en la cabeza son básicamente: ¿No utilizarán el movimiento oportunistas en beneficio propio? ¿No se apaciguará las protestas con falacias? Y la pregunta que más me corroe las entrañas:

            ¿No se rebelarán los acomodados e institucionalizados cuando les hagamos esforzarse y pensar?

2 comentarios:

  1. España ha sido, es y será un país de paletos. Lo que no se puede hacer es parar las protestas ahora. A mí me pasó algo similar el otro día cuando entré en la lonja y pregunté si habían ido al Arriaga...respuesta: silencio con bola de paja incluida, con un ba! para que. La gente no se preocupa más allá de sus cosas, de su playstation, del marca, de la televisión basura y de salir de fiesta, quizás por que ven imposible conseguir nada o quizás xq seguramente no se hayan preocupado ni de informarse xq hay gente que se está manifestando. Por mi parte acudí y seguramente seguiré acudiendo al Arriaga, donde día si y otro tb me vuelvo a casa con lágrimas entre los ojos,y con una sonrisa de oreja a oreja a la vez, unas por no ver a nadie conocido en las manifestaciones y la otra por ver a gente de todas las edades dialogando, expresando sentimientos, y relatando sus vidas, con ansias de cambiar las cosas hacia algo mejor, algo que actualmente está muy muy lejos, pero al mismo tiempo tan cerca.

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  2. ahora mas que nunca, las protestas deben seguir. Ha habido un cambio radical el los ayuntamientos de toda España, pero esto no es suficiente. Los ladrones seguiran robando, la democracia seguira siendo un sucedaneo de libertad real. Hay una frase que me resonaba durante esta ultima semana en mi cabeza: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Realmente es lo que tenemos aqui. Nos dan todo, pero nadie nos pregunta que queremos. En Francia esta ideologia acabo en revolucion y guillotina. No vamos a llegar a eso, pero hay que dar un golpe en la mesa y decir que democracia significa poder en el pueblo.

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